Ecuador ha mejorado en los últimos ocho años en el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI, por sus siglas en inglés), llegando en 2020 a un puntuación de 39 sobre 100, pese a que hay mucho camino por delante y ni siquiera se acerca al promedio regional o mundial.
«Ecuador es uno de los 26 países a nivel mundial que ha mostrado una mejoría estadísticamente significativa entre 2012 y 2020. No obstante, sigue por debajo del promedio regional y mundial», 43 en ambos casos, dijo en rueda de prensa virtual Mauricio Alarcón Salvador, director ejecutivo de Ciudadanía y Desarrollo, socio local de la ONG Transparencia Internacional (TI).
La evolución del país en 2020 ha sido de apenas un punto, de 38 en 2019 a 39 el año pasado, y en su posicionamiento en la lista mundial ha subido del puesto 93 al 92.
TI presentó este jueves los datos de su informe anual sobre 180 países, en el que 0 indica un país carcomido enteramente por la corrupción y desinstitucionalizado, y 100 un país muy íntegro y transparente.
En el caso de Ecuador, insistió Alarcón, «podemos por supuesto hablar de una mejoría», pero «no podemos hablar bajo ningún concepto de que esté bien».
Tampoco es promisorio que la evolución del país andino a lo largo de estos últimos ocho años haya sido fluctuante, porque en 2012 obtenía un 32, en 2013 un 35, para después iniciar una bajada progresiva hasta 31 en 2016 y volver a subir desde 2017 a 2020 a 39.
Esta mejora «no se debe a que haya cambiado la situación de la transparencia, de la integridad en el sector público, sino que finalmente algunas personas empiezan a percibir que se vence a la impunidad en cuanto a la corrupción», explicó el directivo.
LOS JUICIOS INFLUYERON EN LA PERCEPCIÓN
Y puso el ejemplo del procesamiento el año pasado de altas autoridades de Gobiernos anteriores, «que se consideraban desde muchos núcleos como intocables», como un generador de «esperanzas».
Se refería a juicios como los que llevaron a una condena de prisión al expresidente Rafael Correa y a altos miembros de su entorno en el conocido como caso Sobornos 2012-2016, pero hay otros.
«Pero no hemos logrado superar la barrera de los 40», en todo este tiempo, advierte Alarcón.
Pese afrontar «desafíos muy serios», dentro del área latinoamericana Ecuador es la principal luz de la región, consideró por su parte Luciana Torchiario, coordinadora de TI para Latinoamérica y El Caribe, quien calificó de «frustrante» la situación regional.
«En toda América Latina hemos observado sobreprecios en pago de alimentos o construcción de hospitales, en casos más radicales ha implicado la muerte de ciudadanos y ciudadanas», detalló sobre el efecto de la pandemia en la corrupción.
Según el CPI de 2020, los países percibidos como más limpios en América Latina son Uruguay, Chile y Costa Rica, con 71, 67 y 57 puntos, respectivamente. Mientras Venezuela (15), Nicaragua (22) y Honduras (24) perseveran como los más corruptos.
Entre unos y otros se sitúan Cuba (47), Argentina (42), Colombia y Ecuador (39), Brasil y Perú (38), El Salvador (36), Panamá (35), Bolivia y México (31), República Dominicana y Paraguay (28).
La medición es en función de los niveles percibidos de corrupción en el sector público, basándose en 13 evaluaciones a expertos y encuestas a ejecutivos de empresas.
RECOMENDACIONES
En el apartado de recomendaciones, Alarcón pidió «fortalecer las instituciones de supervisión para asegurar que los recursos lleguen a quienes más los necesitan», y «garantizar la contratación pública abierta y transparente para combatir irregularidades, identificar conflictos de intereses y garantizar precios justos».
Ello cuando la pandemia ha dejado a la luz severas brechas en el cumplimiento de la ley a la hora de comprar insumos para combatir el coronavirus, con más de 45 casos que han sido remitidos en el país a investigación de la Fiscalía.
«Mucha mejor puntuación y ubicación hubiera tenido el país si la gente hubiera visto resultados en la recuperación de lo perdido por corrupción», sostuvo.
También recomendó «defender la democracia y promover el denominado espacio cívico», así como el «acceso a la información» con «datos relevantes». EFE