La puesta en marcha de un proceso con miras a la destitución de un gobernante depende, según establece la Constitución del país, del presidente de la Cámara de Diputados, un cargo que hasta ahora ocupa el opositor de centroderecha Rodrigo Maia, quien deja pendientes de respuesta casi 70 pedidos de juicio político contra Bolsonaro.
La sesión en que será elegido el nuevo jefe de los diputados está prevista para la noche de este lunes y se da en un clima de cierta tensión, debido a la posibilidad de manifestaciones de partidarios del líder de la ultraderecha y la oposición que exige su destitución por su errática gestión de la pandemia de la covid-19.
El tránsito en la Explanada de los Ministerios, céntrica avenida de Brasilia en la que se sitúa el palacio legislativo, fue bloqueado desde la mañana de este lunes y permanecerá así hasta que concluya el proceso, lo que pudiera ocurrir durante la madrugada del martes.
Aún cuando la pandemia está nuevamente fuera de control en el país, uno de los más afectados del mundo con casi 225.000 muertos, este fin de semana tanto seguidores de Bolsonaro como opositores se lanzaron a las calles en un intento de presionar a los legisladores.
UN INTENSO CABILDEO Y LA LUCHA POR MÁS PODER EN EL GOBIERNO
Esas manifestaciones se dieron en paralelo al intenso cabildeo de los partidos políticos, que en su mayoría parecen inclinados a votar por el diputado Arthur Lira, candidato apoyado por Bolsonaro para la presidencia de la Cámara baja.
Lira es diputado del Partido Progresista (PP), pero representa a diversas fuerzas que van desde el centro hasta la extrema derecha y que han ofrecido respaldo a Bolsonaro, aunque a cambio de una mayor presencia y poder en el Gobierno.
Esas exigencias han sido tácitamente aceptadas por el mandatario, quien este fin de semana reiteró que si Lira gana la elección en la Cámara de Diputados podría volver a crear al menos tres ministerios que él mismo había extinguido en el marco de sus promesas de reducir a un mínimo el tamaño del Estado.
También ha adelantado que, en ese nuevo escenario parlamentario, podría plantearse una reforma del gabinete a fin de ceder algunos puestos a las fuerzas políticas que respaldan a Lira, quien a cambio estancaría las iniciativas que buscan la destitución del gobernante.
¿UNA «INTERFERENCIA BRUTAL» DE BOLSONARO?
El presidente no ha escondido su intención de «influir» en el proceso de elección de las autoridades parlamentarias, lo que para la oposición de centro y la derecha moderada constituye una presión «indebida» que pudiera vulnerar la independencia de los poderes.
El diputado Luiz Baleia Rossi, que aspira a la presidencia de la Cámara baja con apoyo de esas fuerzas y la minoritaria izquierda, ha calificado esos movimientos de «interferencia brutal» de Bolsonaro en el proceso y asegurado que el mandatario pretende convertir al Poder Legislativo en «un anexo de la Presidencia».
Aunque inicialmente se consideraba que Baleia Rossi podía, con apoyo del campo progresista, derrotar al bolsonarismo, en las horas previas a la votación algunos partidos de derecha se han desmarcado de su candidatura y ahora se inclinan por respaldar a Arthur Lira.
Uno de ellos es el partido Demócratas (DEM), al que pertenece Rodrigo Maia, quien promovió la candidatura de Baleia Rossi, pero ha perdido poder en la medida que aumentaron las ofertas de Bolsonaro en relación con mayores espacios en el Poder Ejecutivo.
Según coinciden los analistas políticos, la nueva relación de fuerzas que dejará la elección en el Congreso será determinante para el resto del mandato de Bolsonaro y también para la coalición que el líder de la ultraderecha articulará para buscar su reelección en las presidenciales que se celebrarán en octubre del año próximo. EFE