A las primeras horas de la mañana recoge las frutas del huerto para salir cerca de las 10:00, a la vía principal. Ahí levantó, con ayuda de su esposo, un pequeño quiosco, para venderlas a quienes transitan en sus vehículos. Así es el día a día de Soraida Méndez, de 70 años de edad.
La habitante del sector Tambillo es una de las decenas de productores de la parroquia Bulán, del cantón Paute, que en estos días previos al Carnaval se ubican en lo largo de la carretera Paute-Bulán-Matrama, que llega hasta los límites con el cantón Azogues, de la provincia del Cañar.
Lo hacen, para vender duraznos, peras, manzanas, reina claudia, zacsumas, entre otros frutos de temporada que sirven a muchas familias azuayas para elaborar los tradicionales dulces de Carnaval.
Cada 100 o 300 metros de esta vía de aproximadamente 15 kilómetros (km) de longitud, y que se encuentra en perfectas condiciones, se observan los puestos improvisados de frutas incluso los compradores tienen la posibilidad de recoger por su propia cuenta los frutos de los árboles, ya que los quioscos están ubicados junto a los inmensos huertos que caracterizan este sector de la provincia.
Esta es una de las estrategias, además de la promoción en las redes sociales que realizan los productores de la zona, con el propósito de vender la mayor cantidad de frutas, sin arriesgar su salud en medio de la emergencia sanitaria por el COVID-19, que ha afectado drásticamente su economía. Para las ventas cumplen con el uso de mascarillas, alcohol y desinfectantes.
Promoción
En Facebook, por ejemplo, han colocado imágenes de la variedad de frutas que se dan en la parroquia para captar la atención de propios y extraños, quienes dejan sus comentarios preguntando sobre los precios y la ubicación exacta de los vendedores.
“Ya no salimos al mercado “26 de Febrero”, ni tampoco a la feria de “Los Cañaverales” a vender nuestras frutas, preferimos quedarnos en casa y venderlos desde la vía para ahorrarnos el dinero que nos costaría trasladar los productos, y evitar las aglomeraciones por los riesgos de contagios en el cantón”, expresaron Leónidas Arichávala, de 50 años de edad, junto a su madre Ofelia Caguana, de 70 años.
Ellos, quienes viven en las proximidades del centro parroquial de Bulán, aseguraron que los grandes negociantes ya no compran como antes las frutas, “nos toca vender a cuatro, cinco o hasta seis dólares las canastas grandes para ganar algo de dinero y no ver como se pudren las frutas con el paso de los días”.
Las ventas en la vía Paute-Bulán-Matrama son de todos los días. Las ganancias no son tan considerables de lunes a viernes por la poca presencia de compradores, pero los sábados y domingos aumenta el número, y por ende, los ingresos. (BPR)-(I)
Ventas en mercado y feria
El mercado “26 de febrero” y sus alrededores, y la feria de “Los Cañaverales”, de las proximidades de la Terminal Terrestre de Paute, son otros espacios de venta de frutas de temporada en el cantón azuayo.
Los miércoles y domingos las ventas se concentran, principalmente en el mercado “26 de Febrero”, mientras los martes y viernes en la feria de “Los Cañaverales”. En ambos casos administradas por la Municipalidad de Paute.
Los productores que llegan a estos sectores, muchos provenientes de la parroquia Bulán, también han optado por disminuir el precio de las frutas para vender una mayor cantidad de canastas o por los menos evitar que se dañen.
De acuerdo con Martha Alvear, comerciante en el mercado “26 de Febrero”, las ventas bajaron por la crisis sanitaria, “ya no hay tanta gente como otros años”. (I)
DETALLE
La carretera Paute-Bulán-Matrama inicia en la intersección con la avenida Interoceánica, a la altura de la Unidad Educativa “26 de Febrero”, y termina en la unión con la vía hacia los cantones orientales del cantón Azogues (Cañar).
