No solo el bienestar psicológico de las familias ha sido afectado por la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19. Para los profesores también ha cambiado su situación.
Pasar del pizarrón a una pantalla digital, lidiar con los padres y las madres a través de mensajes por celular, y buscar estrategias para que los estudiantes entiendan algo de lo que se dice por el altavoz, ha supuesto una carga en los docentes.
Ante ello, un grupo de investigadoras de la Universidad del Azuay, conformado por Cindy López, Janneth Baculima y Lucía Cordero, ha decidido conocer a profundidad, a través de un proyecto de vinculación con la sociedad, lo que pasa por la mente de los profesores de educación básica y del bachillerato, con el objetivo de establecer ayudas que mejoren su bienestar psicológico.
“Los docentes tienen bastantes efectos en lo psicológico y emocional debido a su labor. La pandemia ha hecho que esto se intensifique y que tengan más dificultades emocionales, y mucho estrés”, explicó Cindy López, directora del proyecto.
La carga emocional, que dificulta el traspaso de conocimientos a los niños y adolescentes, ha aumentado con los diversos cambios que se han visto en la emergencia sanitaria, según las investigadoras.
Y entre esos cambios están los relacionados con la tecnología y el aumento de responsabilidades. Por ejemplo: hay casos en que las profesoras tienen hijos, y además de cuidarlos, deben enseñar a través de una pantalla. Y muy bien saben los docentes que no es lo mismo enseñar en un aula física que en una virtual.
Recolección de datos
A más de la Universidad del Azuay, en la investigación participa la Universidad de Desarrollo y la Universidad de Girona, ya que la finalidad es conocer qué sucede con los docentes en América Latina.
No obstante, por el momento las investigadoras de la Universidad del Azuay están enfocadas en recolectar los datos en Ecuador. En primera instancia ya se cuenta con datos de la localidad. Para esto se ha enviado encuestas a los profesores a través de los correos electrónicos.
También se ha habilitado un enlace web (https://members.flich.org/estudio-bienestar-docente) para que los docentes, que no hayan recibido la encuesta por el correo, puedan llenarla. La información que se obtenga será manejada anónimamente.
Se prevé que este mes se recolecte la información necesaria para tomar acciones que ayuden a los docentes, hasta entonces, la directora del proyecto dio algunos consejos para que los profesores mejoren su bienestar emocional.
“Los profesores deben establecer horarios y rutinas en donde no pasen todo el día trabajando, sino que planifiquen otras actividades de ocio. Yo siempre digo que lean un libro y que hagan ejercicio porque todo esto va a ser beneficioso para su salud mental”, dijo López a diario El Mercurio. (AWM)-(I)