Las flores volverán a convertirse este domingo, día de San Valentín, en el mensaje de amor más regalado, pero esta vez la falta de rosas rojas de Ecuador y Colombia por la covid-19 y el cambio en el modelo de consumo abre el abanico a una oferta más variada y al aumento de pedidos por internet.
La crisis sanitaria ha influido y mucho en el desarrollo del negocio y en el consumo de la flor cortada y de la planta ornamental desde que se globalizó la pandemia.
Sus efectos se van a traducir para el próximo Día de los Enamorados en una oferta más variada -no solo centrada en la clásica rosa roja-, y en un incremento de los precios de entre un 15 % y un 20 %, debido a una reducción de la producción suramericana y de los fletes de aviones con flores hacia Europa por las restricciones aéreas.
«La escasez de rosa roja importada» -la española es de menor tamaño y no hay tanto volumen- «va a trasladar la oferta a otras variedades», indica a Efeagro el gerente de la Asociación de Cosecheros y Exportadores de Flores y Plantas Vivas de Canarias (Asocan), Antonio López.
Girasoles decorativos, orquídeas, tulipanes, gerberas, lisianthus, margaritas o crisantemos, bien de origen nacional o traídos de las subastas de Holanda, así como ramos en tonos cálidos o personalizados, son algunas de las propuestas por parte del sector, que es optimista y espera conseguir esta semana unas buenas ventas.
Las floristerías españolas, que hace casi un año sufrieron el mazazo de tener que cerrar durante el estado de alarma al no considerarse el cultivo de flor y su comercialización como esencial, prevén elevar un 10 % sus ventas por San Valentín respecto a 2020. Para ellas, esta campaña representa el 12 % de su facturación anual.
«Además de ramos, los floristas están preparando composiciones originales con formas simbólicas de corazón o bomboneras con flores», describe la directora de la Asociación Española de Floristas (Aefi), Olga Zarzuela.
Los detallistas tienen conocimiento de que ha habido «ciertos retrasos» en los pedidos de Ecuador y Colombia, pero «los floristas siempre ofrecen a sus clientes alternativas con rosas de otros colores o, por ejemplo, con composiciones con lisianthus, una flor muy elegante que recuerda a la forma de la rosa, comenta Zarzuela.
A esto hay que añadir que «en España, el consumo ha cambiado totalmente y se acerca al modelo europeo, con más pequeñas compras para casa durante todo el año y no solo concentradas en grandes eventos y festividades», explica Francisco Rico, responsable de marketing de Verdnatura, la primera operadora mayorista del sector.
El auge de la compra de ramos, arreglos y composiciones por internet también es una tendencia desde que comenzó la pandemia.
El director de Interflora, Eduardo González, es optimista con esta campaña de San Valentín: «Esta semana la plataforma está doblando las ventas respecto a las mismas fechas de 2020»; quizá, añade, porque este año es más difícil celebrar una cena romántica por las restricciones en la hostelería o hacer una escapada.
A pesar de ello, es prudente, ya que entre el 25 % y el 35 % de los pedidos que reciben se suelen encargar el día antes o el mismo Día de los Enamorados, en el que también está operativo el servicio de entrega a domicilio.
Los ramos de colores cálidos son estos días los más demandados, además de los de rosas rojas, «que de momento no faltan», y el gasto medio oscila entre los 55 y 65 euros por pedido, detalla González, quien coincide con Rico en que se ha producido un «cambio de hábito en el consumo».
La incorporación de muchos nuevos clientes al comercio en red y que flores y plantas se hayan consolidado como parte de los elementos de decoración del hogar son algunas de las razones por las que Interflora registró un incremento superior al 25 % de su facturación el pasado año respecto a 2019, señala.
Colvin, otra plataforma de venta por internet, prevé entregar más de 142.241 rosas rojas, rosas y blancas en España para este San Valentín, un 150 % más que en la campaña del año anterior.
Esta compañía ha incluido en su colección variedades como la anthurium clarinervium, con hojas en forma de corazón. EFE