Cada 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de estos ecosistemas, para recordar la importancia de conservarlos.
Los humedales son reguladores hídricos y fuentes de agua para grandes poblaciones humanas. Además, tiene una gran capacidad para captar y almacenar dióxido de carbono en su vegetación y en el suelo.
Los humedales almacenan la mayor parte de agua dulce que consumen los humanos, y son el hogar y sitio de reproducción del 40 % de especies de plantas y animales del mundo. Ocupan sólo el 6 % de la superficie terrestre y están desapareciendo 3 veces más rápido que los bosques. Las principales amenazas para su desaparición son: la agricultura y la expansión de las ciudades.
En el corazón de la moderna civilización científica, aún domina la concepción de que el hombre y la naturaleza son dos entidades opuestas y que, en beneficio del hombre es necesario conquistar la naturaleza.
En su intento de conquistar el mundo natural, la humanidad alteró el ritmo fijo fundamental de la naturaleza, y ahora ésta se está revelando contra al hombre, después de haber sido llevada al borde de la destrucción.
Veo que existen dos razones por los cuales el ser humano llegó tan lejos en la destrucción de su ambiente natural, la primera, el hombre moderno no considera el mundo natural como algo vivo en el mismo sentido en que el propio hombre está vivo; es decir, concibió a la naturaleza como algo diferente de la humanidad.
Aún, cuando la vida del mundo de la naturaleza sea diferente de la vida humana, el hombre desconoce que estas dos clases de vida están interrelacionadas, forman parte de una entidad vital mayor y están sometidas al ritmo de ésta.
La segunda razón está relacionada con el monoteísmo judaico, creyéndose la más cercana a Dios de todas las criaturas, el hombre consideró que él podía someter a todos los otros seres y ponerlos a su servicio.
Desde la antigüedad el ser humano modificó su ambiente de manera que respondiera mejor a sus necesidades, pero no con la intensidad, voracidad y codicia con la que lo hace hoy, lo que ha deteriorado el ambiente natural, superponiéndole uno artificial.
Por contaminar nuestra tierra, lo que sembramos no lo recogemos. Somos esclavos del beneficio. (O)