Son días de reflexión y de necesarias decisiones. El proceso electoral está en crisis. Es más, el Estado viene sufriendo de una crisis profunda de orden institucional, económica y política. La corrupción es la lacra a ser extirpada, por eso se requiere de la unidad, del diálogo y del consenso. En las elecciones del 7 de febrero una mayoría sufragó por opciones diferentes al populismo, corrupto en sí mismo, y busca nuevos caminos. Pachacútec, CREO-PSC, ID, y más sectores están llamados a unir esfuerzos y sea quien sea el candidato que llegue segundo para le elección final, debemos elegirle Presidente, es la única forma de salir adelante y superar la corrupción que tanto daño nos ha causado.
Pensemos que la candidatura de la Revolución Ciudadana pretende la impunidad y el indulto de los responsables de graves delitos cometidos en la década dictatorial del correato, además de un sistema totalitario a perpetuidad y como es evidente en estos casos con la enajenación de los derechos y libertades ciudadanas. Ante tal situación lo que cabe es la unidad de quienes queremos el cambio para instaurar el Estado de Derecho.
Una crisis de credibilidad nos afecta, porque no se ha sabido actuar con transparencia, es necesario por tanto recuperar la confianza, que es la condición básica de la democracia y de un orden social justo. Lo señalado es obvio, pero es imprescindible recordarlo y exigir que así se debe actuar para garantizar la seguridad jurídica. El origen legítimo del poder como la conducción ajustada a derecho, son la garantía imprescindible de legitimidad institucional. Debemos unirnos para rescatar nuestra identidad ciudadana.
Primero está la comunidad nacional y el bien común. (O)