Un proyecto que nació de piezas empolvadas, llenas de historia y legado familiar, a punto de ser vendidas. Su destino era ser rescatadas por Miguel Urgilés y Karen Cueva, quienes desde su imaginario lograron concebir un enfoque a las tradiciones culinarias de nuestro país.
Hace ya casi dos años, una familia orgullosa de sus raíces gastronómicas decidió crear un espacio culinario diferente, tratando de fusionar el turismo y la cocina ecuatoriana generando una experiencia novedosa. Se trata del Museo de la Gastronomía Cuencana Restaurante ubicado en Challuabamba.
En abril del 2019, este proyecto, que ha sido catalogado por el Ministerio de Turismo como el primer museo gastronómico de Ecuador, abre sus puertas buscando fomentar en la población ecuatoriana un espacio de reflexión intercultural, intergeneracional e histórica sobre la gastronomía de nuestro país.
La dinámica dentro de este restaurante es poco usual. Un ambiente repleto de historia es el primer encuentro que tiene el comensal con su experiencia histórica que posteriormente será de carácter culinario. Además de aportar al desarrollo de las comunidades locales, promover el reconocimiento y revalorización de los patrimonios gastronómicos vivos de Cuenca.
“Tradición en todos los sentidos”
A través de las diferentes temáticas desarrolladas en sus exposiciones permanentes, las personas presencian no solo un platillo, sino años de linaje cultural. A veces olvidamos que el comer es algo simbólico y es casi un ritual. Esta es una experiencia mucho más profunda y personalizada.
Un equipo conformado por arqueólogos, antropólogos, historiadores y gastrónomos fue el encargado de dar forma a la idea de Miguel Urgilés creando el guion turístico y museístico de esta exposición.
Este espacio cuenta con un inventario de piezas gastronómicas que bordea los 5.000 elementos, varias de estas tienen hasta 500 años de antigüedad y provienen de culturas como la cashalpata, inca y cañari. La dinámica de este recorrido se basa en la interacción orgánica del visitante con su guía y con los elementos proporcionados dentro del museo en un orden cronológico.
Se abordan 21 salas en conjunto con un guía del museo, donde trata de focalizar temas de interés puntuales del grupo al que se dirige. Esta visita dura en promedio cuatro horas, sin embargo, se pueden hacer recorridos de dos horas e incluso solo acceder al área del restaurante.
“Nosotros tenemos el compromiso de transmitir el legado cultural gastronómico del país y lograr que cada persona que asista a nuestro espacio sea un vocero de la culinaria, no solo desde la degustación, sino también desde el amplio bagaje histórico que tenemos los ecuatorianos”, comenta Miguel Urgilés, copropietario del Museo de la Gastronomía Cuencana Restaurante.
Por otro lado, el desafío a nivel pandemia ha sido complejo. El museo reabrió sus puertas en octubre pasado, donde mediante el uso de diversos protocolos de bioseguridad se han logrado agendar visitas y recorridos, a su vez, el restaurante se encuentra con medidas higiénico sanitarias rigurosas que buscan velar por el bienestar de cada uno de sus visitantes.
La gastronomía nos otorga un fuerte sentido de pertenencia y espacios como este ayudan a remembrar y a reconectar con lo que somos en esencia, que no es más que seres regidos por tradiciones y una cosmovisión congénita.