En una rueda de prensa virtual junto al presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, explicó que cuando los países ricos revisan sus contratos para comprar más vacunas esto repercute negativamente en los estados que participan en el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (Covax), que pueden recibir menos dosis o más tarde.
Tedros agradeció las recientes promesas de los países del G7 para aportar 7.500 millones de dólares (6.188 millones de euros) al Covax, pero advirtió que no basta con financiación.
El dinero de por sí «no sirve para nada» si en los primeros compases de la campaña de vacunación, cuando las dosis que se pueden producir y comercializar no satisfacen la demanda global, los países de renta alta acaparan todas las partidas.
«Las ayudas son importantes, pero a la vez quiero apuntar los retos a los que nos enfrentamos. Incluso con el dinero. Si no podemos comprar vacunas, el dinero no sirve para nada. Algunos países industrializados están comprando más dosis y en consecuencia los contratos con Covax se están viendo afectados», afirmó.
Instó a los países ricos a plantearse si al actualizar al alza sus contratos con los productores de las vacunas – como han hecho recientemente EEUU y la Unión Europea (UE), aunque Tedros no citó a ninguno en concreto – no están «poniendo en cuestión toda la iniciativa Covax».
Deben analizar, «antes de pedir más dosis a los productores», si su decisión «no tiene efectos negativos en las vacunas de Covax», agregó el director general de la OMS.
Steinmeier aseguró en este sentido: «los recursos financieros son necesarios, pero no son vacunas».
SOLIDARIDAD, ÉTICA E INTERÉS
Tedros apeló a la «solidaridad» y a la «ética», pero no solamente. Se trata, argumentó, de proteger «al conjunto del mundo», porque la pandemia sólo se podrá vencer cuando se venza «globalmente. «Las islas de felicidad no van a durar mucho», agregó.
Steinmeier apuntó en este sentido que «no es razonable vacunar sólo a los vulnerables de un país», sino que contra el Sars-CoV2 hay que actuar «globalmente»: Por «humanidad» y «moral», pero «también en nuestro propio interés».
«Una campaña de vacunación global es interesante para todos, incluso para los países ricos. Socavar Covax no sólo es un problema para los no inmunizados, también lo es para los países donde la población ya ha sido inoculada», explicó el responsable de la OMS apuntando a posibles variantes para las que las primeras vacunas no sean efectivas.
Tedros reconoció que los gobiernos están comprometidos, en primer lugar, con su ciudadanía, pero señaló que hay que explicar que no sólo basta con inmunizar a las personas de un país, es «mejor proteger a todo el mundo».
AUMENTAR LA PRODUCCIÓN
Frente a este problema, el director general de la OMS pidió un «aumento significativo» de la producción de vacunas «tan rápido como sea posible» para «poder volver a la normalidad».
Abogó por la cooperación entre farmacéuticas (con la licencia de fórmulas autorizadas, por ejemplo), pero evitó posicionarse sobre la propuesta de eliminar las patentes de forma excepcional para la covid y lograr así una producción masiva y barata.
Steinmeier apuntó además otro ángulo del denominado nacionalismo de las vacunas, pues la pandemia se ha convertido a su juicio en un «momento geopolítico» donde algunos países – en referencia a Rusia y China – están repartiendo dosis a otros países con objetivos políticos, algo que podría tener «enormes consecuencias para nuestro futuro».
Covax es una alianza dirigida por la OMS, la alianza para las vacunas GAVI y la Coalición para la Promoción de Innovaciones a favor de la Preparación ante Epidemias (CEPI) con el objetivo de garantizar el acceso equitativo a las vacunas contra el coronavirus. Hasta el momento ha adquirido 330 millones de dosis en nombre de 140 países.
Los países del G7 anunciaron este viernes 7.500 millones de dólares (6.188 millones de euros) para Covax, encabezados por las aportaciones de EEUU (2.000 millones de dólares) y Alemania (1.500 millones de euros o 1.818 millones de dólares). EFE