Comicios “con novedades”

Eliécer Cárdenas E.

_ Sin duda alguna, estos comicios fueron los más extraños de la historia democrática reciente en el Ecuador. No hubo el consabido “apagón”, pero parece que se apagaron las inteligencias de la presidenta y vocales del organismo electoral en la noche en que prácticamente había un empate técnico, pero los benditos miembros del CNE, en lugar de manejar con calma el estrecho resultado, atizaron leña en el fuego de la contienda, anunciando la una un ganador, y otro de ellos resultados diferentes.

_ Esta tragicomedia de enredos y equivocaciones, tuvo su corolario, aparentemente pacificador, cuando los dos candidatos en disputa por el segundo lugar, se reunieron ante el CNE y en presencia de los delegados de la ONU y llegaron a un acuerdo, que a los pocos días se convirtió en “nuevo desacuerdo” que ha sumido al país en la preocupación, la intranquilidad y el estrés electoral.

_ El desacuerdo coincidió con el “Carnaval más necio” como diría el inolvidable J.J., y entre aguas y polvitos se cocinaba el descontento y la frustración de Pachakutik y organizaciones afines, que anunciaron una marcha hacia la Capital de la República, donde su alcalde que no es de ningún partido, sino que se representa así mismo y sus errores, echó más leña al fuego, al decirles a los Pachakutik que vengan bastantes, porque en Quito eran 3 millones. Que imprudencia más imprudente, como diría Cantinflas en su película “Si yo fuera candidato”.

_ Así las cosas, en el país vivimos en un suspenso digno de mejor causa. Suspenso que, posiblemente no se resolverá en pocos días, sino que avanzará cual cola de serpiente, hasta la fecha misma de la segunda vuelta, en la cual sin duda habrá otros incidentes gordos, ya que el CNE ha demostrado hasta la saciedad que la función de organizar, realizar y proclamar los resultados de las elecciones, les resultó una asignatura más difícil que sumar uno más uno a quien no sabe sumar.

_ Entre tanto, el resto de los actores nacionales, dígase Gobierno, Asamblea Nacional, Procuraduría, Fiscalía y hasta la Contraloría que objetó ciertas candidaturas, prefieren ahora, como dice el refrán “Ver, oír y callar” en medio de tanto desaguisado vergonzoso, que nos pone a la cola de la institucionalidad democrática en el Continente. (O)