Según los investigadores, que han publicado su trabajo en la revista ‘Nature Communications’, la secuenciación de células individuales abre nuevas vías para encontrar fármacos que eliminen el cáncer en su origen.
El nuevo método, según ha informado del CRG en un comunicado, resuelve el problema histórico de aislar las células madre cancerosas, que son las causantes de las recaídas, debido a su baja abundancia y similitud con otras células madre.
La rareza de estas células es un gran escollo para que los equipos de investigación a nivel mundial puedan desarrollar nuevos tratamientos de precisión que eliminen las células malignas sin afectar a las sanas.
Las células madre cancerosas, que eluden los tratamientos convencionales como la quimioterapia, son una de las razones por las que los pacientes entran en remisión al principio, pero sufren una recaída después.
En la leucemia mieloide aguda (un tipo de cáncer de la sangre conocido como AML por sus siglas en inglés), la alta probabilidad de recaída significa que poco menos del 15 % de los pacientes de edad avanzada tienen una esperanza de vida de más de cinco años.
Ahora, el CRG, en colaboración con el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) en Heidelberg (Alemania), ha dejado atrás este problema con este nuevo método, según el investigador del CRG Lars Velten.
«El ARN proporciona información vital para la salud humana. Por ejemplo, las pruebas de PCR para el coronavirus detectan el ARN para diagnosticar la covid-19. La secuenciación posterior puede determinar la variante del virus», ha puesto como ejemplo Velten.
«MutaSeq funciona como una prueba PCR para el coronavirus, pero a un nivel mucho más complejo y usando una célula individual como punto de partida», ha detallado.
Para determinar si una célula individual es una célula madre, el equipo científico utilizó MutaSeq para medir miles de moléculas de ARN al mismo tiempo e hizo una secuenciación adicional en busca de mutaciones que pudieran diferenciar las células madres cancerosas de las sanas.
Los resultados ayudaron a monitorizar si las células madre eran cancerosas o sanas, y a determinar qué hace que las células madre cancerosas sean diferentes.
«Existe una gran cantidad de pequeñas moléculas farmacológicas con una seguridad clínica demostrada, pero es una tarea abrumadora decidir para qué cánceres y más específicamente para qué pacientes son», afirma en el comunicado Lars Steinmetz, profesor de la Universidad de Stanford, jefe de grupo en el EMBL Heidelberg y coautor del estudio.
«Nuestro método puede identificar nuevas dianas terapéuticas para fármacos que no han sido probados en el contexto adecuado. Estas pruebas deberán realizarse en el marco de estudios clínicos controlados, pero saber qué probar es el primer paso», añade Steinmetz.
Según Velten, su objetivo ahora a largo plazo es «identificar nuevas dianas terapéuticas en las células madre cancerosas de forma personalizada, haciendo que para los pacientes y los médicos sea tan fácil buscar estos tratamientos como hacer una prueba de diagnóstico para el coronavirus». EFE