En Ecuador, el calendario electoral sigue su marcha, y precisamente en un mes, se realizará la segunda vuelta, para que los ciudadanos elijan a quien conducirá al país en los próximos 4 años.
Y, si bien es cierto, de acuerdo con lo dispuesto por el “Código de la Democracia”, los ecuatorianos tendremos la posibilidad de escuchar un debate televisado, entre los candidatos finalistas, el próximo 21 de marzo de 2021, sin duda existen más dudas que certezas, en relación con muchas propuestas que los presidenciables ofrecen.
En las últimas semanas, la campaña ha migrado de los medios tradicionales (radio y televisión), a plataformas digitales con el propósito de captar el voto de los electores que en primera vuelta optaron por Xavier Hervas o Yaku Pérez; muestra de ello, es que los asesores de campaña han concentrado sus esfuerzos en redes sociales como TikTok.
Sin embargo, es necesario recordar que, en las elecciones del próximo 11 de abril, no buscamos elegir al candidato más carismático, más jocoso, o en su defecto el que envíe los mensajes más virales. Se trata de escoger a un administrador, que se hará cargo de gestionar los escasos recursos con los que cuenta el Estado ecuatoriano, con el propósito de solucionar miles de demandas insatisfechas.
Por lo que, desde esta columna me pregunto, ¿Cómo va a enfrentar los siguientes problemas, cada uno de los candidatos en caso de ser elegido?:
- a) fortalecer la dolarización a nivel país, y al mismo tiempo incrementar el uso de la tecnología e innovación en las transacciones financieras; b) alcanzar un equilibrio entre la explotación sostenible de recursos naturales renovables y no renovables, así como una protección de la naturaleza; c) generar un plan de vacunación masiva contra el COVID-19, que permita una inmunización masiva y un regreso progresivo a las actividades regulares; d) generación de empleo inclusivo y sostenido, para miles de ecuatorianos que carecen de actividad a la fecha.
Estas son las reales dudas que surgen a la hora de pensar en el proceso democrático del próximo 11 de abril. No se trata simplemente de estar a favor, o en contra de una postura o una ideología. Se trata de que, a través de nuestro voto, podamos escoger al “administrador” que mejor gestione y otorgue soluciones a los problemas que atraviesa nuestra sociedad. (O)