El tranvía cumple seis meses de operación comercial sin integración

En una semana el tranvía cumplirá seis meses de operación comercial, una fase que inició en medio de una pandemia y con retrasos por toda la cadena de problemas legales y técnicos.

En esta fase, la que obliga el pago del pasaje para hacer uso del servicio, aún existen obligaciones pendientes por cumplir que permitan la sostenibilidad económica y solucione la movilidad de la ciudad.

La obra física inició en el año 2013 y en dos años el tranvía debía estar operativo; el 22 de septiembre del año 2020 recién se alcanzó la meta.

Al día siguiente la entonces directora de la Unidad Ejecutora del Tranvía, Carolina Ormaza, dijo que 9.223 personas utilizaron el servicio. Al primer mes la demanda subió a 12.351 pasajeros diarios.

También detalló que necesitan al menos 64.000 pasajeros por día para cubrir los gastos de operación y mantenimiento que bordean los 10 millones de dólares por año.


Para el concejal Alfredo Aguilar, presidente de la Comisión de Fiscalización y miembro de la Comisión de Movilidad, preocupa la forma cómo está funcionando el tranvía y la sostenibilidad económica. Recordó que para este año el Municipio presupuestó seis millones de dólares para cubrir el déficit económico entre lo que va a ingresar y lo que egresa del costo de operación.

“A la larga quien está cubriendo ese déficit es el Municipio, con dinero propio y en pocas palabras es dinero de los cuencano”, lo que merma la inversión en obras o servicios sociales, dijo el concejal: 
“El tranvía tiene que ser un elemento más del sistema integrado de transporte, con los buses, bicicleta pública, taxis, transporte comercial”.


En una primera fase la Unidad Ejecutora debía integrar las puntas: Milchichig con Ricaurte y el Control Sur con Baños con el uso de tranvía y buses, sin pagar pasaje adicional.

La línea 100, que cumplía el mismo recorrido, modificó la ruta, pero fue retomada a finales de enero pasado por exigencia de los ciudadanos y autoridades de las parroquias y ante una falta de resolución de la autoridad”.

Aguilar considera que esto resta demanda al tranvía, hace que aumente el déficit de ingreso y pone en riesgo su sostenibilidad.
En esto coincide el concejal Andrés Ugalde, miembro de la Comisión de Planificación Financiera y de Presupuesto, quien añade que la integración de la tarjeta para la ocupación de todos los servicios es otro punto por resolver.

Aguilar cuestionó que con las tarjetas diferenciadas “obligamos a la ciudadanía a tener dos tarjetas, cada uno con saldo. Es un problema económico y sensible socialmente”.

Los concejales reconocen que no se puede tener una estimación real sobre los ingresos que genere en estos meses de pandemia, mientras los centros de educación no regresen a la normalidad.

Problemas


En el inicio de la operación comercial se registraron problemas en el sistema de boletaje por estar mucho tiempo sin uso. Eso significó el uso de las unidades sin pagar, pero además se detectó evasión de pagos.

La Ordenanza de Operación del Tranvía establece la presencia de controladores que verifiquen que los usuarios paguen a través de las tarjetas, pero no hay suficiente personal para hacer estos controles en cada unidad.

Los que están se encuentran con personas que aún no se familiarizan con la tiquetera o que suben a las unidades evadiendo el pago o haciendo mal uso de la tarjeta preferencial; los infractores son sancionados con el 30 por ciento de un salario básico.


También existe inconformidad de usuarios por la escasez de puntos para adquirir la tarjeta. Estos están en el Centro de Compras 9 de Octubre, la Terminal Terrestre, paso deprimido de la Feria Libre, ETAPA EP de la calle Tarqui, y el aeropuerto Mariscal La Mar, en algunos con atención hasta las 16:30. (CMR)-(I)

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