Iván Saquicela, presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), estuvo en Cuenca para presidir la sesión que hizo este organismo en esta ciudad el último viernes.
Se reunió en esta urbe como un homenaje por los 199 años de vida institucional de la Corte de Justicia de Azuay, la primera del país. Por este motivo también se reunió en Cuenca el Consejo de la Judicatura (CJ).
Ambas instituciones participaron en una mesa de diálogo en la que estuvieron jueces y conjueces, además de otros funcionarios judiciales, para exponer algunas problemáticas.
Hace un mes y medio usted asumió la Presidencia de la Corte Nacional de Justicia (CNJ). ¿Hacia dónde apunta este organismo en esta nueva gestión?
Considero que debemos apuntalar dos aspectos principales; de una parte, trabajar por un sistema de justicia más eficiente, eso tiene que ver con recursos humanos, económicos, tecnológicos y en definitiva con el trabajo y la actitud de los jueces para tener un sistema de justicia más eficaz, porque la gente suele decir: justicia que tarda no es justicia, así que esa es una de las líneas de trabajo. Desde luego tenemos dos normas jurídicas, dos instrumentos muy importantes para aquello: hay el Código Orgánico General de Procesos (COGEP) y el Código Orgánico Integral Penal (COIP). Quisiéramos proponer algunas reformas normativas en materia del COGEP, porque hay varias instituciones procesales que siguen haciendo lento y pesado al sistema, que le hacen ineficiente, hay cosas que no deberían estar en manos de los jueces, que deberían tener otra solución…
“Hay varias instituciones procesales que siguen haciendo lento y pesado al sistema, que le hacen ineficiente…”
Segundo aspecto en la gestión…
Un segundo aspecto tiene que ver con el fortalecimiento de la independencia judicial, esto porque en definitiva los ciudadanos cuando recurren al sistema de justicia lo que quieren y aspiran es recibir una tutela de sus derechos y para ello se requiere jueces que sean independientes, imparciales, que nadie se entrometa, que nadie interfiera en sus decisiones: ni el poder político, económico, mediático ni la opinión ciudadana, nadie, que los jueces tengamos la suficiente independencia para tomar las decisiones apegadas estrictamente a derecho, vamos a garantizar la independencia y vamos a exigir el respeto a la independencia.
¿Cómo devolver a la ciudadanía la confianza hacia la justicia?, pues la gente ya no cree en la justicia.
Es una tarea difícil, pero hay que trabajar, pero primero es difícil porque yo he expresado en varias oportunidades, usted dice: la gente no cree en la justicia, lo que sucede es que a diferencia de cualquier otra profesión el trabajo de los abogados, de los jueces tiene que ver con una decisión, que deja conformes a unos e inconformes a otros, entonces por allí viene la desconformidad, la preocupación, pero no necesariamente, al menos en ese ámbito, significa que la justica esté mal… Es necesario que los jueces respeten las leyes, pero también es necesario que los ciudadanos acaten las decisiones judiciales y respeten el ordenamiento jurídico…
“Es necesario que los jueces respeten las leyes, pero también es necesario que los ciudadanos acaten las decisiones judiciales”.
De otra parte…
De otra parte, no se puede negar que hay ciertos problemas, entonces nosotros lo que pensamos y hemos un llamado a las diferentes instituciones del sistema de justicia: Fiscalía, Defensoría Pública, Consejo de la Judicatura y jueces, a fin de llegar a determinar nudos críticos del sistema de justicia y que podamos trabajar en superarlos y mejorar el sistema de justicia.
… régimen disciplinario
De otra parte, también es importante el régimen disciplinario, paralelo a que existe la independencia e imparcialidad de los jueces cada vez que haya incorrección o un acto de corrupción yo creo que no debe haber jamás espíritu de cuerpo sino la propia función judicial tendrá que depurarse y auto depurarse, de modo tal que yo digo, nuestro respaldo absoluto a las juezas y jueces para que actúen con independencia y apegados a derecho, pero también hay que saber que si hay un acto incorrecto, en el marco de un debido proceso, debería haber sanciones, es decir, los jueces nos vamos legitimando en nuestro trabajo del día a día, en nuestro accionar, es una tarea permanente.
“No debe haber jamás espíritu de cuerpo sino la propia función judicial tendrá que depurarse y auto depurarse”.
¿Cómo blindar de una vez por todas a la justicia para que no sea invadida por la política?
Yo creo que el pueblo ecuatoriano no debe permitir que nadie meta las manos en la justicia, he dicho varias veces, ni la judicialización de la política ni la politización de la justicia, dejen los políticos de meter mano en la justicia. Creo que cualquiera que fuere el nuevo gobierno tiene que respetar la institucionalidad del Estado y la independencia judicial…
¿Cómo lograrlo?
Los ciudadanos somos los que debemos estar activados para hacer respetar sus instituciones democráticas porque sencillamente como principios, como aspectos normativos ya se encuentran establecidos en los instrumentos internacionales, en la Constitución del Ecuador, y en la ley, entonces lo que hace falta es que no solamente los jueces, sino también los ciudadanos defiendan a sus instituciones democráticas para hacer posible la garantía de sus derechos.
“Los ciudadanos somos los que debemos estar activados para hacer respetar sus instituciones democráticas”.
Se mantiene un criterio generalizado en la ciudadanía de que subiendo las penas bajarían los delitos.
Eso es un populismo penal o criminológico, y es necesario explicarlo, muchas veces la gente dice que se incrementen las penas, yo suelo decir: sería tan fácil solucionar el problema de la criminalidad si esa sería la solución. Sería cosa nada más de que la Asamblea Nacional apruebe que todo delito a partir de hoy tiene la pena de 50 años o 70 años. Y la pregunta es: ¿hemos solucionado el problema de la criminalidad? y la respuesta es no…
¿Entonces qué se puede hacer para bajar la criminalidad?
Hay que atender a los factores criminógenos de la sociedad, la delincuencia es multifactorial y es estructural, entonces se tiene que pensar en aquello.
Sistema carcelario y de rehabilitación
De otra parte, en el país hay una enorme preocupación sobre la evidencia que hay del deficiente, inhumano e ineficaz sistema carcelario del país. Hay que trabajar es un verdadero sistema de rehabilitación social, y por último, claro está, si más bien se quiere conseguir algo parecido a la paz social tiene que haber una proporcionalidad entre delitos y penas, que nunca las penas sean tiránicas ni abusivas, ni las penas ni los procesos, sino que den una respuesta adecuada, eficaz, proporcional…