La campaña electoral que a hora buena está por culminar, ha sido como de costumbre, una vitrina para dar a conocer los proyectos políticos de los candidatos que se disputan por el cargo más importante de un país. Gobernar un estado requiere de una serie de aptitudes, actitudes, habilidades y propósitos para gobernar bonito.
Quizá tenga un son romántico, pero es así, hay que ser idealistas, soñadores para hacer que las cosas sucedan y que sucedan para bien, para progreso en equidad y para grandes transformaciones sociales que hoy en día son más necesarias que nunca; en este contexto, admiro sobre manera a quienes tienen la capacidad para mantener en equilibrio sus emociones cuando se encuentran en escenarios álgidos; la incitación y la mofa son ingredientes necesarios en la “olla de cocina de infierno”; entiendo entonces que todo criterio es respetable siempre que tenga sentido común y lógica argumentativa, de no ser así, es vivir en el tártaro de la información, de esa información escueta, falsa, exagerada, morbosa y de crónica.
A días de la Presidencia no podemos continuar en el desatino del voto nulo; creo yo, que no solo se trata de escoger al menos peor, como algunos farolean, se trata de viajar en el tiempo a manera de “un volver al futuro” pero en tiempos reales y en tiempos de crisis. (O)