Retomo una narrativa de Cuenca en estos últimos años, es una realidad que se reproduce en muchas ciudades y caminos de varios países de América del Sur, desde Colombia a Chile, el caso es muy grave, la tragedia social destruye a Venezuela, cinco millones y más salen buscando nuevos horizontes de trabajo, libertad y dignidad. Las tiranías dictatoriales han asolado su economía, liquidado las fuentes de trabajo siendo un don especial de su impronta, disponerse de los fondos saqueados para generar sus particulares riquezas. Preguntemos a cada refugiado el motivo del éxodo de millones de sus compatriotas y tendremos una única respuesta: La corrupción y dictadura de estos veinte años de destrucción de la economía y de las instituciones democráticas.
El correato aquí mismo y con efectos a largo plazo, nos dejó su obra mayor, la llamada “revolución ciudadana” Infamia con que pretenden retomar el poder con un candidato de pura fachada, a la medida de su mentor.
En el debate del domingo, el candidato Lasso, puntualizó su defensa de la democracia y la condena frontal a las dictaduras de Venezuela y Nicaragua y de ese modelo suicida del socialismo del siglo XXI, con la imprescindible demostración de corrupción, abusos y violaciones de las libertades y derechos humanos por parte de Correa y sus secuaces, las ofensas a la mujer ecuatoriana y a la oposición, a la libertad de prensa y comunicación más la metida de manos en la Justicia e instituciones de control, con la falacia de pretenderse “Jefe del Estado” Un dictador al peor estilo estaliniano. Lasso estuvo contundente y demostró su calidad humana de emprendimiento esforzado, lo que es una carta limpia de honestidad y trabajo, de capacidad de liderazgo y de acrisolada conducción, para el buen gobierno que augura su experiencia y entrega. (O)