Este es el primer encuentro de todo el clero de Cuenca desde que comenzó la pandemia. Hace un año que no nos encontramos todos para saludarnos, para conversar, para orar juntos (…)”.
Este fue el mensaje inicial de Marcos Pérez, monseñor y arzobispo de Cuenca, en el inicio de la Misa Crismal, que se cumplió ayer, desde las 09:00, por Jueves Santo, en la Catedral de la Inmaculada Concepción.
“La Misa Crismal es una de las expresiones más claras de la comunión de los presbíteros con el obispo y de todo el pueblo de Dios, podemos decir que esta celebración es la fiesta del sacerdocio (…)”, dijo Pérez.
Como de costumbre en esta ceremonia religiosa se consagró el Santo Crisma y se bendijeron los Santos Óleos o conocidos como aceite de unción, que serán luego distribuidos en todas las parroquiales eclesiásticas de la provincia de Azuay.
Estos son usados para ordenaciones, confirmaciones, bautizos y consagraciones de altares e iglesias; además para ungir a los que se preparan para el bautismo y para el sacramento de la unción de los enfermos.
Este año a la Misa Crismal no se permitió el acceso al público en general sino que fueron convocados únicamente algunos representantes de la comunidad católica. Esto debido a las restricciones por la pandemia de la Covid-19.
Estuvieron los obispos, sacerdotes, diáconos y seminaristas de Cuenca, quienes hicieron la promesa solemne de unirse más a Cristo, ser fieles misiones de su palabra y conducir a otros a él.
Marcos Pérez los invitó a hacer la renovación de las promesas sacerdotales y a confirmar su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia Católica, que debe estar al servicio de sus fieles.
“Me emociona verles aquí, encontrarnos, conversar, saber que a pesar de tantos problemas, a pesar de esta crisis intensa nos mantenemos firmes en la fe, firmes en nuestra vocación y en nuestro compromiso…”, sostuvo Pérez.
A las 19:00 se cumplió en este mismo templo la Misa de la Cena del Señor, y se omitieron: el lavatorio de pies, la procesión y el monumento al Santísimo. Igualmente se recomendó no hacer la visita tradicional de las Siete Iglesias.
Hoy, Viernes Santo, desde las 10:00, será la celebración de las Siete Palabras, y este año se suspende el rezo del Viacrucis por las calles, procesión y todas las actividades de concentración masiva.
En la liturgia de Adoración a la Cruz, el gesto del beso a la Cruz queda reservado al celebrante y se omite para el pueblo. En su lugar se sugirió hacer un momento de silencio, con una inclinación profunda, desde los puestos.
Viernes Santo
Hoy, por Viernes Santo, a las 15:00, será la Celebración de la Pasión del Señor y a las 19:00 un viacrusis, que será transmitido por radio Católica y algunas redes sociales. No será presencial.
Actos como el descendimiento, procesión con el Santo Sepulcro, procesiones penitenciales y Sermón de las Siete palabras, al ser tradiciones que aglomeran mucha gente, quedan también suspendidas.
Mañana por SábadoSanto, para la Vigilia Pascual, por recomendación de la Arquidiócesis de Cuenca, debido a las restricciones del tránsito vehicular, las celebraciones en las parroquias se deben hacer a las 19:00.
Desde las 10:00 será la Soledad de María, después de lo que se cerrará la Catedral de la Inmaculada Concepción hasta la Vigilia Pascual, que está prevista para las 19:00. (CSM)- (I)