Jorge Wated, jefe de gabinete del presidente Lenín Moreno, comparó la retrasada situación de la vacunación en Ecuador a lo que está ocurriendo también en Europa y justifica el múltiple cambio de ministros de Salud con decisiones que arrastran «un costo político».
En una entrevista con Efe después de que su país haya recibido el mayor cargamento de dosis hasta ahora, unas 300.000 de la china Sinovac (mañana se esperan otras 700.000), Wated reconoció que el proceso de vacunación avanza lento, pero aseguró que se trata de un problema por todo el mundo, menos unos cuantos que las fabrican o sirven de laboratorio.
«Lo que está pasando a Ecuador es lo mismo que a Europa. Las vacunas están siendo captadas por países grandes. EEUU tiene tomada la mayor parte (pero) después del 4 julio los laboratorios podrán liberar vacunas», aseguró.
RITMO E INCONVENIENTES
La vacunación contra la covid-19 es uno de los proyectos que, como jefe de Gabinete, Wated tiene entre sus manos desde que llegó en febrero al cargo, en sustitución de Juan Sebastián Roldán, quien había sido uno de los hombres fuertes del régimen.
Con 17 millones de habitantes, Ecuador ha vacunado hasta ahora a 244.159 personas con la primera dosis, y 112.624 con la segunda.
«En porcentaje por millón sigue siendo bajo, eso va relacionado a no a nuestra capacidad de vacunación sino a la llegada de vacunas», insistió el funcionario.
«El embajador de Alemania me supo decir que en su país le está pasando eso y más. Siendo objetivos, y sin dejar de reconocer cualquier error, este es un problema mundial».
Ecuador, donde hay registrados 324.678 positivos acumulados, según el Ministerio de Salud, dedicará unos 200 millones de dólares para vacunar este año al 60 por ciento de su población, unos nueve millones de personas.
Pero los retrasos y algunos obstáculos en el plan de vacunación ha causado malestar entre la población, y más aún el conocimiento de que han existido «listas VIP».
Ese tipo de escándalos les ha costado el puesto a dos ministros desde el 27 de febrero: Juan Carlos Zevallos y Mauro Falconí. Entre ambos, un tercero, Rodolfo Farfán, que renunció a los 19 días.
«No puedes aceptar errores profundos. El uno la vacunación VIP y el otro el querer colocar una vacuna que él mismo, como director de la Agencia ARCSA (de medicamentos) recomendó no poner a mayores de 65 años», explicó Wated.
ZEVALLOS HACÍA LAS LISTAS
Preguntado por Efe sobre quién elaboraba las listas, Wated aseguró que el propio Zevallos: «La decisión fue del Ministro, las invitaciones del Ministro. Existe una investigación fiscal».
Y si bien destacó que «cometió un error que le va costar por mucho tiempo», también defendió su labor de contener la pandemia en Guayaquil entre marzo y abril de 2020, cuando era la Wuhan ecuatoriana.
«Zevallos vino del exterior y se paró en la pandemia en Guayaquil. No se puede analizar solo una raya del tigre. Hay que reconocerle que, de la nada, se paró en Guayaquil y no se movió de aquí hasta controlar la pandemia».
En el caso de Falconí fue cesado por la escandalosa espera de ancianos en Quito durante horas.
Wated asegura que se debió a que se les había destinado una vacuna, AstraZéneca, que el mismo Falconí, siendo director de la ARCSA, había pedido no aplicar hasta tener claridad sobre sus efectos.
«Era exponer a nuestros adultos mayores», se justificó Wated, y adujo que no era esa la vacuna que se les había programado sino la Pfizer.
«No puedes tener a una persona de 90 años esperando en un recinto, eso es inhumano. Fui yo personalmente a atender a la gente y eso tiene un costo político», sentenció.
PLAN DE VACUNACIÓN
Falconí había sido precisamente quien destapó públicamente la ausencia de un plan de vacunación o, como dice Wated, protocolos de actuación.
«Había un plan con fases, pero no había un protocolo fino, que fue lo que se tuvo que construir», explicó sobre la famosa declaración del entonces ministro, avalada por el propio presidente desde un hospital de Guayaquil.
Y en una analogía indica que había una «constitución» pero que le faltaban «leyes y regulaciones», el «qué hacer en el caso de que sobre una vacuna del paquete».
Esa falta de precisiones es lo que su juicio abría una «enorme discrecionalidad», que «permitió que segmentos fueran invitados a ser vacunados y que se convierta en una vacunación VIP» y «eso no puede funcionar así».
«El (ex) ministro sigue un proceso por eso, no hay mucha vuelta que darle», sentencia sobre el polémico caso.
Las listas reservadas fueron mantenidas ocultas por el Ministerio de Salud incluso ante el requerimiento de la Fiscalía, que debió allanar su sede y la gerencia de un hospital para llevarse documentación.
VACUNACIONES DEL GOBIERNO
La tormenta alrededor de las vacunas giró también en torno al silencio del Ejecutivo sobre quién había sido vacunado de la alta plana gubernamental.
Su predecesor, Roldán, confirmó la de Moreno a finales de enero, pero sólo hasta el 21 de marzo la Presidencia no reconoció la del entorno del presidente, y hace apenas unos días el mismo Wated reveló la de algunos ministros, después de pedirle consentimiento para no violar su privacidad.
«No se pueden publicar nombres de quién se vacunó», se justifica el funcionario, pero considera que «tenían que haberlo dicho» y no entiende por qué no lo hicieron.
«Son temas que generan la crítica y duda de la ciudadanía, pero el Plan no se puede parar ni se parará», concluye. EFE