Hoy debemos los ecuatorianos concurrir a las urnas para elegir en segunda vuelta a quién regirá los destinos del país los próximos cuatro años. Se considera que se trata del ejercicio al voto, uno de los componentes más importantes de la democracia. Quienes que no hayan sobrepasado los 65 años de edad no lo hacen, son sancionados conforma a las leyes vigentes, lo que nos lleva a preguntarnos si este día ejercitamos un derecho o cumplimos una obligación. El término derecho puede interpretarse de diversas maneras lo que lleva a que no sea fácil dar una respuesta indiscutible. En el mundo hay países en que la votación es optativa y en otros obligatoria.
Este sistema de gobiernos funcionó ya en la Grecia Clásica, con limitaciones, ya que sólo lo podían ejercer los que tenían la condición de ciudadanos, con exclusión de mujeres, esclavos y siervos. En nuestros días funciona en la mayor parte de países del mundo, salvo en algunos Estados con estructuras totalitarias propuestas por el socialismo marxista. Si el poder reside en el pueblo, son sus integrantes los que deben elegir sus mandatarios, luego de reflexionar sobre las cualidades de los aspirantes y sus propuestas de gobierno. Para un funcionamiento óptimo, es importante que haya madurez en los electores para superar demagogias y populismos.
Cada elección tiene sus peculiaridades. En nuestro país y otros, la solidez tradicional de los partidos se ha debilitado, lo que abre camino a otras alternativas cuestionables como el caudillismo en el que las condiciones de los candidatos, pone en segundo plano las ideologías. Por múltiples razones no cabe que en esta fecha medios de comunicación colectiva manifiesten sus preferencias por los aspirantes. Lo que anhelamos es que haya madurez suficiente en los electores para que se escoja a quién de mejor manera está en condiciones de hacer frente a las difíciles circunstancias que vivimos con sensatez y sentido colectivo. (O)