Un estudio regional sobre la importancia de los bosques andinos en la captación de dióxido de carbono demuestra la relevancia que tienen en la mitigación del cambio climático, mayor incluso a la de la foresta amazónica.
Esa es una de las conclusiones del estudio de la Red de Bosques Andinos (RBA), que integran investigadores de Ecuador, Colombia, Perú y Argentina, según informó este miércoles la Universidad ecuatoriana de las Américas (UDLA), que forma parte del cónclave científico.
Dicha red publicó un estudio sobre el papel de los bosques andinos tropicales y subtropicales en el ciclo global del carbono, con base en un proceso de monitoreo de 119 parcelas de bosque situados entre la cordillera andina y la cuenca amazónica.
Los resultados de este estudio, que ha sido publicado en la prestigiosa revista «Nature Communications», demuestran que el papel que cumplen estos bosques andinos es «más relevante de lo que se pensaba».
RESERVORIOS DE CARBONO
Los hallazgos indican que los bosques andinos actúan como «reservorios de carbono de importancia mundial», cuya tasa de captación por hectárea está incluso por encima de los bosques amazónicos, según un informe sobre el estudio difundido por la UDLA.
Ahí se precisa que hasta ahora se desconocía cómo los bosques andinos de América del Sur incidían en el ciclo global del carbono y cómo regulaban la concentración de CO2 en la atmósfera, contribuyendo a mitigar el cambio climático.
Francisco Cuesta, docente investigador de la UDLA, indicó a Efe que el estudio tiene una relevante importancia debido a que verifica que el proceso de captación de carbono de los bosques andinos supera en proporción al de la Amazonía.
La selva amazónica, agregó, está sometida a presiones ambientales derivadas de la deforestación, la sequía y la expansión de las industrias de extracción de recursos, especialmente la minería y el petróleo.
Ello ha llevado a que en la Amazonía la tasa de absorción de dióxido de carbono sea actualmente de 0,5 toneladas anuales de carbono por hectárea, mientras que en los bosques andinos, según esta investigación, llega a entre 0,67 hasta 0,8 toneladas anuales por hectárea.
Y es que, mientras más partículas de carbono se concentran en la atmósfera, la tierra tiende a calentarse más, y por eso es fundamental el proceso de absorción que realizan los bosques.
Cuesta agregó que se estima que en la actualidad hay una concentración de entre 400 y 410 partes por millón de CO2 en la atmósfera, mientras que en las épocas pre-industriales, a mediados del siglos XVII, esa tasa era de 150 a 170 partes por millón.
La quema de combustibles fósiles, la deforestación y la degradación ambiental ha aumentado la presencia del CO2 en el ambiente, añadió el investigador y comentó que en la década de los años 80 y 90 del siglo pasado, «la tierra ya sentía que la atmósfera tenía más partes de carbono».
LA ALTITUD COMO FACTOR DE SUPERVIVENCIA
Ello permitió que los árboles amazónicos acumularan más carbono y crecieran más de lo normal, aunque fallecieron más pronto y fueron amenazados por la tala masiva.
Los bosques andinos, que están a una mayor altitud, tienen mejores condiciones ambientales para sobrevivir y tienen «una mayor capacidad de absorción de carbono», remarcó Cuesta al insistir en que ese es uno de los aportes fundamentales de la investigación de la Red.
«Nuestros resultados muestran que los bosques andinos actúan como fuertes sumideros de carbono y tienen un alto potencial para servir como futuros refugios de carbono captados de la atmósfera», añadió.
El estudio, según el informe de la UDLA, se realizó con base en un censo de datos científicos obtenidos en 119 parcelas en Colombia, Ecuador, Perú y Argentina (73 tropicales y 46 subtropicales), en las que se midió el crecimiento anual de su biomasa aérea.
La mayoría de estos ecosistemas son bosques secundarios, donde se han desarrollado actividades humanas de explotación que amenazan su existencia.
Es por ello que la investigación sugiere desarrollar políticas públicas de conservación y restauración de áreas que ya han sido degradadas, particularmente en áreas que incrementen la conectividad entre los Andes, la Amazonía y la región del Chocó. EFE