El “Rambo” cuencano afronta el reto de rehabilitación

No existe la casualidad, todo tiene un propósito en la vida”, dice Iván Valverde, de 49 años, conocido como el “Rambo” de Cuenca. Se trata de un personaje de la urbe que actualmente es identificado por su don de gente y lastimosamente por haber caído en el mundo del alcoholismo. Hay ciertas personas que hasta hace años atrás lo calificaban de delincuente: mencionan que actuaba de forma violenta quizá para conseguir el dinero para adquirir la bebida.

Actualmente, “Rambo” afronta un reto: su rehabilitación de la adicción al consumo de licor. Está internado en un centro de rehabilitación. Hace días su fotografía circuló en redes sociales, pues lo consideraban como desaparecido.

Mientras permanece en el centro de rehabilitación, Iván Valverde accedió a una entrevista y confirmó que está bien. “Uno sabe lo que es, de dónde es y hacia dónde va”, reflexiona.

Comenta que busca la paz espiritual y estar bien con él mismo. Él es reconocido porque siempre permanecía acompañado de varios perros sobre las aceras de la avenida Loja o en las cercanías del río Yanuncay. Cuenta que solo dos perros eran considerados como de él, porque los acogía con comida: el Lloroncito y la Llorona. Espera que los canes estén bien, mientras él permanece internado.

Al momento no recorre las calles en busca de las panaderías que le brinden pan para su alimentación y la de sus mascotas.

A pesar de que han transcurrido al menos 30 años de estar sumergido en el mundo del alcoholismo, Iván se mantiene lúcido y recuerda de dónde se origina su apodo. Comenta que en su juventud tenía el cuerpo más fornido y cabello ondulado, además poseía una casaca “milica”, similar a la que utilizaban los militares y que también vestía el reconocido actor en la película de Rambo. Los del barrio le decían eres igualito a Rambo. En ese entonces, la referida película era proyectada en la Casa de la Cultura, refiere.

Indica también que en su juventud o muchachada, como la califica, eran frecuentes las broncas donde repartía y recibía golpes. “Yo nunca he sido de esos que andan con cuchillo, peor acuhillar o herir a alguien”.

Al consultarle sobre qué mensaje podría enviar a los ciudadanos, responde: “Que nos acojamos a los últimos acontecimientos, ya que muchos problemas se están dando no solo en la ciudad y el país, hay que tratar de vivir en paz, comprendernos nosotros mismos para comprender al resto. Vivir con el pan de cada día y no caer en la ambición”.

Explica que siempre le ha gustado la literatura y manejar filosofías de vida, por lo que no le es difícil citar las célebres frases de filósofos y autores de obras como Sócrates (Solo sé que no sé nada), Descartes (Me presento disfrazado), Gandhi (El buen ser humano es amigo de todo aquello que vive).

El “Rambo” cuencano espera tener la oportunidad de hacer cosas por el bien de los demás, especialmente por sus consentidos: los perros.

Iván Valverde dice que tiene afición por hacer dibujos, pintar y quizá crear artesanías en cuero.

Me dicen que tengo mala fama, a veces la gente tergiversa las cosas, me dicen que he robado, yo no he robado nada”, señala mientras sonriente se enfrenta a uno de los complicados retos de su vida: dejar el consumo de alcohol.

“Rambo” fue encontrado en una orilla del río Yanuncay y ahora está internado en la comunidad terapéutica de adicciones “Hogares Libertad”, ubicada en Nulti.

Rehabilitación

Cristopher Plaza, coordinador del centro Hogares Libertad Cuenca -comunidad terapéutica de adicciones-, señala que el traslado de “Rambo” hacia el hogar de rehabilitación fue coordinado con Eduardo Sari, un pastor evangélico que conoció el estado de indigencia o de calle en las que permanecía el referido ciudadano a causa del consumo de licor. Así lo convencieron para que su ingreso al plan de recuperación sea voluntario. “No perdemos la esperanza de que él se pueda recuperar”, comenta Plaza.

El “Rambo” cuencano es una persona muy inteligente a pesar de que viene de un estado crítico de desgaste por el licor.

Hoy se cumplen 15 días que permanece en un centro terapéutico de adicciones. Está en un proceso de evaluación y de desintoxicación.

La primera semana pasó durmiendo con medicina y suero para que se recupere un poco en la parte orgánica. Él padece de consumo crónico de alcohol, también es farmacodependiente, consume tranquilizantes. El cuadro de adicción es complejo pero se mantiene la esperanza de que pueda recuperarse.

Se espera determinar si tiene daños neurológicos y descartar alguno otra patología, aparte del consumo. “Rambo” ya ha pasado por algunos procesos de rehabilitación, pero sin resultado.

En estos días, el cambio en su apariencia es drástico, en cuestión de dos semanas tiene otro semblante.

El plan terapéutico del centro Hogares Libertad Cuenca gira en torno a la parte espiritual, la dependencia de droga no es tanto del cuerpo sino del alma, por lo que hay que hacer un tratamiento desde adentro hacia afuera, indica su coordinador. -(I)

DATOS

– Al menos un grupo de 12 personas que también se recuperaran de adicciones apoyan a “Rambo” para que no recaiga en la bebida.

– “Rambo” el día que decidió asistir al centro de recuperación de adicciones estaba sobre un cartón en una orilla del río Yanuncay.

– Él lleva consumiendo licor al menos unos 30 años y se considera un reto su recuperación para dejar la bebida.

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