El domingo 11 de abril la mayoría del electorado decantó su preferencia electoral por Guillermo Lasso. Por varias razones resultó ganador, una de ellas su campaña electoral que está siendo motivo de análisis en los medios de comunicación, en la academia y en la consultoría política. En la primera vuelta electoral Arauz lo superaba con 12 puntos y no resultaba fácil repuntarlo.
Todo empezó en el debate, con lo que hasta ese momento nos parecía un hashtag o meme -Andrés mientes otra vez-; sin embargo, eso no fue lo que le permitió ganar. Desde ese momento empezó una campaña creativa para darle sentido a esta frase. Así lo expresó el ideólogo de la campaña Durán Barba, las campañas no son para educar a la gente, son para ganar las elecciones.
Sin duda, Lasso muy bien asesorado cambió su mensaje, y la clave fue su propuesta de -encontrémonos-; con ello logró captar el voto del centro y de los indecisos; los que antes votaron por Hervas y Yaku. Más allá del cansancio de los ecuatorianos por el discurso correísmo-anti-correísmo, el consenso caló en los votantes que añoran justicia social con libertad, unión y sobre todo discrepar sin que por ello constemos en una lista negra. (O)
