Hacer del servicio público un beneficio que aporte a construir mejores sociedades, es la razón de ser de la institución pública, pero hacer que la sociedad sea parte activa de estos beneficios es un triunfo para todos. Acciones efectivas, ciudadanía satisfecha y costo social reducido, otorgan alta probabilidad para que los recursos se direccionen a otras inversiones y paulatinamente se cambie el canon del gasto por el de inversión.
Invertir en proyectos sociales vinculados a los procesos de formación de niños, niñas y adolescentes es invertir en el presente para prever el futuro, es aspirar garantizar mejores sociedades que respondan a mejores formas de vida dentro de un compendio de buena convivencia; por tanto, trabajar en prevención con “los chicos” es otra forma de escuela para padres y otros adultos carentes de responsabilidad.
La vivacidad y frescura de la población infantil es un arsenal incógnito a la espera de su aparición triunfal; pequeñas y pequeños valientes que en silencio vocean por ser escuchados y permanecer visibles para llegar a ser ejemplo de pares, de familias y de otros más; por tanto, trabajar de la mano con “los chicos” es desafiar con más fuerza a la adversidad para blindarnos de los peligros que no dejarán de existir, pero que sí se podrían aminorar. En una sola voz, NO a la violencia intrafamiliar. (O)