Que sea inesperado, que genere un gran impacto a toda escala, con una característica de predictividad retrospectiva, es decir que, una vez ocurrido, presente evidencias de que pudo prevenirse, la metáfora del cisne negro, planteada por Nassim Nicolas Taleb, a raíz de la gran crisis de 2008, para describir aquellos eventos que ocurren de manera imprevista y que, ningún análisis de riesgos había previsto o considerado, debido a que eran improbables, pero, al final resultan trascendentes por sus repercusiones y ola expansiva.
En febrero 2020 el Bank for International Settlements de Suiza publicó el estudio el Cisne Verde, de Patrick Bolton, Morgan Despres, Luiz Pereira da Silva, Frédéric Samama y Romain Svartzma.
Del cisne negro al cisne verde, la investigación plantea la metáfora de los eventos catastróficos que podrían ser provocados como consecuencia del cambio climático y sus implicaciones sobre los sistemas económicos mundiales.
La metáfora del cisne verde explica un evento catastrófico relacionado con el cambio climático y que provoca un efecto negativo de gran escala en el sistema mundo, parte del análisis de la forma como los eventos meteorológicos extremos aumentan en frecuencia y magnitud.
Incendios forestales, huracanes, entre otros eventos catastróficos, que constituyen la metáfora del cisne verde, de origen ambiental, provocan un efecto de cascada que, invade todos los sistemas: sociales, culturales, políticos y económicos, con carácter recesivo y de escala incalculable.
Entre el cisne negro y el cisne verde, la ilusión del modelo de acumulación y consumo ilimitado nos devuelve sobre la reflexión entre la economía y la vida, cabe preguntarnos entonces si la economía es una herramienta para facilitar la vida o la vida una herramienta para la reproducción del capital; luego que el COE nos ilustre con sus medidas y, toda la población con sus desmedidas… (O)