El cuencano Diego Ávila brilla con luz propio en la Liga Nacional de Fútbol de Guatemala. El delantero oriundo de la parroquia El Valle está entre los goleadores del Torneo Clausura con seis anotaciones.
El último gol convirtió la noche del miércoles 28 de abril en el triunfo de su equipo Sacachispas ante Malacateco (2-1). Ávila suma nueve tantos con Los Muteros desde su vinculación en septiembre de 2020.
La continuidad de partidos ha sido fundamental, destaca el delantero de 27 años. Recuerda que no había tenido tanta regularidad desde 2016 cuando marcó seis goles con Deportivo Quito y dos con Deportivo Cuenca.
Aunque ya no está en el club, Ávila resalta la confianza que le dio Alejandro Larrea. Para el técnico uruguayo el cuencano se convirtió en una pieza clave sea de extremo, de media punta o de nueve. Su rendimiento ha hecho que se mantenga en el rol titular bajo las órdenes del argentino Diego Cerutti.
En los últimos cinco partidos de Sacachispas, Ávila ha marcado tres goles, pero dos han sido fundamentales para que el equipo sume seis puntos y mantenga firme la posibilidad de seguir en Primera Categoría. Incluso está con posibilidades de clasificar a los playoffs de cuartos de final.
Este fin de semana tendrá que lograr un resultado positivo en la última fecha de la segunda fase. El domingo dos de mayo a las 12:00 de Ecuador irá al todo o nada contra Antigua Guatemala. “Uno como extranjero la exigencia es mayor, tiene que marcar una diferencia, hacer buenos partidos y eso a uno le hace mejorar bastante”.
Ávila cumple su segunda temporada lejos de su tierra natal. El año pasado estuvo en el Caribe. Formó parte del Cibao FC de República Dominicana. Hoy se encuentra en Centroamérica muy cerca de dos ligas más mediáticas y económicamente más fuertes: la Liga MX y la MLS.
Sacachispas es uno de los clubes más antiguos de Guatemala. Tiene su sede en la ciudad de Chiquimula, de algo más de 95.000 habitantes. “Es una ciudad bastante bonita, bastante tranquila. Lo único quizá que afecta es el calor porque siempre se entrena con 32-33 °C, se juega a veces con 38 °C, es fuerte, pero uno se ha mantenido fuerte física y mentalmente para poder aguantar todo eso”. (BST)-(D)