Mientras avanza la vacunación, Argentina entra en una nueva etapa de medidas para frenar la segunda ola de la covid-19 y evitar el caos sanitario, que incluyen mayores restricciones en especial en el área metropolitana de Buenos Aires, la más afectada por el virus.
El presidente, Alberto Fernández, decretó mantener hasta el 21 de mayo las medidas vigentes desde el pasado 16 de abril, que son más o menos estrictas dependiendo del estado epidemiológico de cada zona.
El principal punto de mira sigue siendo el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que comprende a la capital, gobernada por la oposición, y los 40 municipios que la rodean, dependientes del Gobierno provincial, del mismo color político que el nacional.
«La situación epidemiológica en el AMBA es crítica y tenemos otras zonas con alta tensión sanitaria”, dijo Fernández el viernes al anunciar la extensión de las restricciones y el envío al Congreso de un proyecto que le faculte a él y a los gobernadores, con base a «criterios científicos claros y precisos», a ordenar medidas durante la pandemia.
Una iniciativa que se da tras la polémica con el alcalde de la capital, Horacio Rodríguez Larreta, quien en abril decidió no acatar la orden presidencial de suspender las clases escolares presenciales (que habían vuelto en febrero tras casi un año en la virtualidad), un asunto sobre el que deberá decidir la Corte Suprema.
LAS MEDIDAS
En el AMBA continúa la prohibición de circular entre las 20 horas y las 6 de la mañana y los comercios pueden abrir -solo con atención al aire libre- hasta las 19 horas, momento a partir del cual los restaurantes pueden seguir funcionando pero con envíos a domicilio.
Lo cierto es que, en su conjunto, no se observa en la sociedad un acatamiento estricto de las restricciones, al menos en Buenos Aires, algo que se atribuye, en parte, al cansancio general por la larga cuarentena del 2020.
Si bien las medidas también establecen que las clases deben ser virtuales en el AMBA, el Gobierno capitalino insiste con el daño que produce en la infancia la falta de presencialidad, por lo que en la ciudad, contra lo dispuesto por Fernández, los colegios siguen abiertos en los niveles inicial, primario y en educación especial.
En secundaria, el alcalde decidió que en esta fase se alternarán las clases presenciales con virtuales.
Con la premisa de que las clases a distancia generan dificultades a los menores y sus familias pero son necesarias para reducir la circulación y evitar el virus, Fernández encabezó el viernes la Mesa de Salud y Educación, integrada por especialistas del área pediátrica y pedagógica, que analizará los indicadores sanitarios de cada jurisdicción para decidir cuándo reabrirán los colegios.
SITUACIÓN HOSPITALARIA
Tras un verano austral en relativa tranquilidad, la llegada del otoño activó las alarmas por el rápido aumento de casos, batiendo récords diarios en lo que va de pandemia.
«Tuvimos entre el 20 de marzo y el 10 de abril una subida exponencial de la cantidad de contagios diarios. Llegamos a tener picos de 3.300 casos. Hoy estamos en un promedio de 2.800, y desde hace 12 días está estabilizado, pero en un nivel alto», afirmó el viernes Rodríguez Larreta.
Según el Ministerio de Salud nacional, 264.810 personas transitan actualmente la enfermedad en todo el país (más de 3 millones contrajeron el virus desde el inicio de la pandemia), y 64.252 son los fallecidos totales.
Tanto la ciudad como la provincia de Buenos Aires acaparan la mayoría de los positivos. Solo en el AMBA las camas de cuidados intensivos están al 76,2 % de su capacidad, cifra que baja al 68,1 % en el conjunto del país.
Eso sí, algunos centros ya registran lleno absoluto.
“Hicimos en el último año un esfuerzo por aumentar el número de camas, de respiradores, pero el recurso humano es finito. Entiendo el cansancio, sé que no van a bajar los brazos, cada decisión que tomo es pensando en aliviar su trabajo”, dijo Fernández en un encuentro con trabajadores de la salud.
Los participantes de esa reunión, según informó la Presidencia, explicaron que descendió el promedio de edad de los internados, de los 61 a los 56 años, con casos graves de personas de entre 20 y 40 años.
LA VACUNACIÓN
Hasta el momento, Argentina, con unos 45 millones de habitantes, ha recibido más de 10 millones de vacunas contra la covid-19, en especial del instituto Gamaleya de Rusia, responsable de la Sputnik-V.
Un total de 7,05 millones de ciudadanos recibieron la primera dosis, y de ellas casi 990.000 la segunda, principalmente personas de 60 o más años y personal de salud.