Desde la fase de pruebas y posteriormente, tras el inicio de la operación comercial, varias unidades tranviarias se han visto afectadas en accidentes provocados por conductores particulares que irrespetaron las señales de tránsito.
Desde diciembre de 2019, hasta la fecha, se contabilizan al menos 12 percances que involucran a tranvías, que en su mayoría, han sido afectados a nivel de fibra (vidrios frontales) y latas (carenados). Estos eventos han provocado daños materiales que bordean los 20.000 dólares en costos de reparación.
Christian Loja, ingeniero electrónico, es quien está al frente del Área de Mantenimiento del Material Rodante (unidades tranviarias). Él, junto con otras 12 personas, son las encargadas de dar mantenimiento preventivo y de hacer correctivos cuando ocurren accidentes en la línea tranviaria. Ellos laboran en diferentes turnos.
Antes de hacer los correctivos, lo primero que se hace es emitir un informe técnico y se investiga cómo ocurrió un determinado accidente, dice Loja.
Comenta que se hace una revisión exhaustiva de las unidades en la zona de las fosas y en las latas de levante. Se hace una revisión bajo chasis y en el techo del tren, y se ve todas las afectaciones que pueda tener la unidad para los trabajos de reparación.
Hacer este tipo de reparaciones no toma mucho tiempo, asegura, puesto que cuentan con un stock de repuestos originales de la marca Alstom (fabricante de los tranvías). Este stock está en bodega y estuvo previsto para la etapa de operación. Sin embargo, cuando se detecta otro tipo de fallos en las unidades, “se ocupa el repuesto que amerite”, agrega.
“El trabajo como tal se hace en el mismo instante, pero debemos seguir los procedimientos adecuados. A veces las unidades vienen acompañadas por la Empresa de Movilidad (EMOV EP) y quedan en custodia hasta que se resuelvan los aspectos legales o lleguen a acuerdos con las personas que causaron el accidente la unidad”, dice el profesional.
Loja afirma que para dar mantenimiento a las unidades, se deben seguir las normativas internacionales respecto al material ferroviario, dado que tiene distintas partes y componentes que difieren de los automóviles comunes, tales como los motores de tracción que son 100 % eléctricos.
“Hemos estado en constante formación y aprendizaje. Con el grupo de mantenimiento estamos dando soporte a las unidades. También, los compañeros dan mantenimiento al área de electrónica y de instalaciones fijas de energía, la catenaria y todos los sistemas que intervienen en este proyecto”, sostiene Loja.
De hecho, cuando ocurren estos accidentes, muchas veces se ven comprometidos otros sistemas, tales como los subsistemas de semaforización. Para hacer esas correcciones, interviene otro equipo de ocho profesionales, que están a cargo de Felipe Peña, ingeniero electrónico.
Este equipo, que es capacitado por Metropolitana de Tenerife, se encarga del mantenimiento de los equipos que están instalados en las paradas, subestaciones, subsistemas de señalización y semaforización, así como sistemas de boletaje, sistemas de comunicación, entre otros. Este grupo también trabaja en diferentes turnos.
Peña relata que comunmente se identifican impactos de vehículos con las estructuras semafóricas y esto implica hacer una sustitución, es decir, se deben colocar nuevas columnas, dado que las estructuras dañadas no soportarían el peso de los elementos.
“Se tiene que desmontar el equipamiento, volver a instalar y volver a hacer pruebas y afinamientos con la circulación de unidades tranviarias. Estos correctivos, en el mejor de los casos, se hacen entre dos y seis horas. Cada impacto (dependiendo del choque) va desde los 1.000 dólares hasta los 10.000 en la reparación”, explica Peña.
Asimismo, para la reparación de los sistemas, la Unidad Ejecutora del Tranvía cuenta con un primer lote de repuestos que entregó el contratista que realizó la obra, aunque con la demanda y el uso del equipamiento (vida útil) han tenido que hacer nuevas adquisiciones.
“En el caso de los sistemas de semaforización, señalización y boletaje, hay equipos que necesariamente tienen que ser del mismo fabricante, y en el caso de que exista a nivel local ciertos repuestos, se trata de identificar la conveniencia de utilizarlos”, destaca.
Por último, Peña acota que, en relación a lo que ocurría antes de la pandemia, la incidencia de accidentes de tránsito con el tranvía ha disminuido. Sin embargo, hace un llamado a la población a respetar las señales de tránsito para evitar estos percances. (I)