La investigación muchas veces nos sorprende con datos exactos, con hechos comprobables, pero, también es dable pensar en una ciencia que nos permita adquirir conocimientos por medio de las percepciones.
En la inmensidad de la investigación, las disciplinas también pueden recibir aportes de las relaciones con otras disciplinas; sin embargo, el problema está en pensar los conceptos como aquellos que son neutros, definidos, es decir, como un solo pensamiento.
Las ideas, las cosas, los hechos se reafirman desde una mirada con distintas perspectivas, sin descuidar que, a pesar de eso, también hay ámbitos que se comparten en un común cotidiano.
La construcción de propuestas entre investigadores, especialistas, profesionales, jóvenes y demás, debe ser dada desde el pensar, sentir y actuar; desde esa clara relación de las habitualidades, de las dimensiones gestuales, afectivas, técnicas, económicas, sociales, espirituales, biológicas, fisiológicas…
Mausse sugiere que, para explicar el comportamiento del hombre y la historia social, debe hacérselo desde la “extraña” relación que tiene con la naturaleza; es decir, pensar al hombre más en términos de gestos que de figura.
Haudricort afirma que se olvida al “hombre concreto” en sus gestos de la vida cotidiana, en su trabajo, por ejemplo; las disciplinas no consideran en sus estudios las oposiciones dualistas (mente-cuerpo), (material-inmaterial); por lo tanto, no es dable pensar al hombre desde la heterogeneidad sin esa homogeneización.
Efectivamente, para medir el progreso, hay que observar cada cultura como individual, pero, reconociendo esa relación recíproca entre lo social; por ende, Mauss insiste en pensar no solamente en un objeto de estudio sino, también, desde esa energía motriz que lo activa. (O)