Líderes de comunidad LGBTIQ acuden a escuela en Ecuador para empoderarse

Organización, participación y liderazgo, seguridad holística, vocería e incidencia comprenden la malla curricular de una escuela exclusiva para líderes de la comunidad LGBTIQ, que busca fortalecer sus capacidades para una efectiva participación ciudadana (política y social) en Ecuador.

Los 35 integrantes de la primera promoción de «Empodera», todos mayores de 18 años, participaron en los estudios virtuales entre noviembre y febrero pasado, en busca, entre otros, de «posicionar en la opinión pública las vocerías de la población LGBTIQ», dijo a Efe Carmen Ortíz, coordinadora de la escuela.

«Empodera» pone especial énfasis en las mujeres trans y en la población intersex, que son las menos visibilizadas de la comunidad.

En la escuela buscan construir un lenguaje común que permita a la comunidad LGBTIQ «ser más fuerte en su discurso, en su diálogo con los medios de comunicación, con la ciudadanía y en los espacios de toma de decisiones» en las esferas públicas.

ABRIR ESPACIOS

Los integrantes de la comunidad LGBTIQ «tienen miedo muchas veces porque son discriminados, no todos están muy decididos a mostrar su cara y su realidad a través de los medios de comunicación», dijo.

Calificó de «retrógrada» a la sociedad, que no ha sido capaz de abrir «las mentes y los brazos a la diversidad, especialmente a la sexual» y mencionó una encuesta de 2017, según la cual el 80 % de miembros de la comunidad LGBTIQ en la ciudad andina de Cuenca habían sido discriminadas «por su propia familia».

La experiencia de la escuela demostró que solo hay que abrir un «espacio y una oportunidad para que la población LGBTIQ la tome a dos manos» y se empodere, como varios de sus alumnos, que se unieron ya para desarrollar proyectos conjuntos.

Y es que para finalizar el curso, los participantes realizaron un plan de incidencia que apoye su trabajo en temas y realidades de sus vivencias LGBTIQ en sus territorios.

«Empodera» se enmarca en el proyecto Adelante con la Diversidad II, que inició en febrero de 2020 y terminará en enero de 2023 en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú con un aporte de cerca de dos millones de dólares de la Unión Europea (UE).

REDES DE APOYO

Las personas LGBTIQ sufren aún obstáculos para participar de forma eficaz en el sistema democrático, debido a la persistencia de arraigados estereotipos y prejuicios que perpetúan las condiciones de discriminación estructural e histórica en Ecuador, donde recién en 1997 se despenalizó la homosexualidad.

Por ello, el activista LGBTIQ Robin Guevara, uno de los participantes de la escuela, aplaudió iniciativas como «Empodera» en donde le enseñaron a relacionarse con la prensa, así como sobre seguridad física, emocional y digital para afrontar el día a día en una sociedad que los discrimina por su condición.

«Nací como una persona femenina. Tengo una laringe infantil, tengo un timbre un poquito más delicado, sin embargo soy orgánicamente hombre», dijo a Efe este psicólogo educativo y orientador vocacional de 28 años, víctima de acoso por su condición y a quien la escuela le renovó las esperanzas.

Entre otros, en «Empodera» le ofrecieron herramientas para defenderse del ciberacoso, otras para presentar proyectos en beneficio de la comunidad LGBTIQ a instancias públicas, para hacer mapeos de aliados u opositores, y para crear redes de apoyo.

El respaldo de la UE a la escuela brinda «garantías y seguridades, y nos hace sentir que no estamos solos, solas, soles en este proceso», anotó.

VISIBILIZAR PARA NORMALIZAR

Al recordar que este 17 de mayo se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, el embajador de la UE en Ecuador, Charles-Michel Geurts, recordó la legislación que obliga a los estados miembros del bloque a luchar contra todo tipo de discriminación, entre ella, la de orientación sexual.

Anotó que un 76 % de la población de la UE opina que las personas LGBTIQ deben tener los mismos derechos, pero un 43 % de esa comunidad, se siente discriminada, por lo que el diplomático ve indispensable trabajar también a fin de reforzar la confianza de esa comunidad «para que vivan su orientación sexual de manera abierta».

«Para alcanzar un nivel de normalidad tenemos que aumentar la visibilidad de las minorías de orientación sexual», dijo a Efe al opinar que en «Empodera» también capacitan a la comunidad «para tener confianza en la lucha» por el respeto a sus derechos humanos.

Por ello consideró que «Empodera» es fundamental para «normalizar la contribución importante» de esa comunidad a la sociedad y para convencer a los líderes presentes y futuros de que «hay un gran potencial en cada persona».

«Tenemos que liberarnos de nuestros prejuicios, de nuestra tendencia a separar, a dividir, a estigmatizar a parte de la población a causa de su orientación sexual», recalcó. EFE

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