La petrolera ecuatoriana Petroecaudor anunció este miércoles una inversión de 4 millones de dólares para reconducir su Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), en una zona montañosa de la provincia amazónica de Napo, afectada por una erosión regresiva que ha puesto en riesgo varias infraestructuras.
Petroecuador, en un comunicado, informó de que realizará varios trabajos para construir una variante del SOTE en la zona, con el objetivo de proteger la tubería ante la erosión natural que se ha registrado en el río Quijos (alto Coca).
Los trabajos no afectarán el servicio de transporte de petróleo y prevendrán afecciones ambientales y a las comunidades cercanas, añadió la empresa estatal, que estima el periodo de construcción de la variante, de 2,2 kilómetros de extensión, en unos 90 días.
Según evaluaciones de Petroecuador, el fenómeno de erosión regresiva en el cauce del río Quijos avanza hacia el eje de la tubería del SOTE, lo que podría poner en riesgo un tramo de la tubería, por el que se transportan unos 360.000 barriles diarios de crudo.
«Hemos invertido cerca de 11,2 millones de dólares para la construcción de seis variantes y un ‘by pass’, labores que se han realizado de manera preventiva y que nos permiten alejarnos de la erosión que afecta este sector», señaló el gerente de Petroecuador, Gonzalo Maldonado.
«Ahora haremos una nueva variante para precautelar la integridad del oleoducto que es fundamental para la economía ecuatoriana», añadió el gerente.
Para ejecutar la séptima variante, Petroecuador y el Ministerio del Ambiente gestionan las autorizaciones que se establecen en las normativas socio-ambientales del país, precisó la empresa.
Asimismo, aseguró que el proyecto se elaborará sobre las especificaciones de diseño originales del SOTE y cumplirá con los estándares internacionales para este tipo de obras.
La empresa estatal aclaró que, en caso de que el proceso de erosión en el río Quijos se acelere, cuenta con un plan de contingencia que usa una serie de obturadores ubicados en la tubería, con el propósito de aislar y drenar el flujo de forma inmediata para evitar eventuales derrames de petróleo.
El 7 de abril del año pasado, el SOTE, el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP, de gestión privada) y el poliducto estatal para el transporte de gasolinas suspendieron sus actividades tras un fenómeno erosivo en el sector de San Rafael, en el límite de las provincias amazónicas de Sucumbíos y Napo, que provocó la rotura de las tres tuberías.
Petroecuador y OCP debieron construir unas variantes al recorrido de sus tuberías, ante el proceso de «erosión regresiva» registrado en la zona.
Ese proceso erosivo ya ha afectado varios sitios vecinos como la cascada San Rafael, que era considerada la más alta del país, pero que desapareció de manera súbita por un socavón.
El SOTE tiene unos 500 kilómetros de longitud, corre paralelo al OCP y une los campos de extracción de crudo de la región Amazónica (noreste) con los puertos de embarque en la provincia costera de Esmeraldas (noroeste).
Ecuador, que produce unos 530.000 barriles de petróleo diarios, basa su economía en la exportación de crudo, una de las principales fuentes de ingreso de divisas para una economía que está completamente dolarizada desde el año 2000.