Tendría que pasar algo extraordinario para que Elizabeth Bravo quede fuera de sus terceros Juegos Olímpicos, dice Francisco Tirado. Pero el entrenador cuencano es consciente que todo puede pasar en el deporte. A fin de evitar cualquier sorpresa este viernes viajarán a Europa para estar en dos eventos puntuables.
Hace seis semanas Bravo retomó sus entrenamientos normales. Durante ocho meses no pudo correr, solo nadar y pedalear. “Es un síndrome de la banda iliotibial, cada médico tiene una opinión diferente. He hecho varios tratamientos, finalmente parece que es algo biomecánico que vamos a tener que estar trabajando en ello”.
Este jueves cumplió su último entrenamiento en Cuenca sin ninguna molestia. Evita en lo posible cargas demasiado fuertes para recuperar paulatinamente el nivel en la carrera. El 29 de mayo espera competir en la Copa Mundo de Arzachena, Italia, y en 12 de junio en la Copa Mundo de Huatulco, México.
El objetivo es “poder tener sensación de competencia antes de los Juegos Olímpicos porque no se ha competido hace más de un año”, señala. Agrega que los eventos le vienen bien porque habrá roce con triatletas que estarán en Tokio.
Ya de cara al certamen olímpico veraniego, Bravo resalta la importancia del cuidado y respeto a las normas de bioseguridad porque “el covid está todavía presente”. Considera que hubiese sido importante la inoculación en el alto rendimiento.
“Con muchísima anterioridad hubiese sido mejor porque no sabemos qué reacción vayamos a tener y tener una para de 15, 20 días, ahorita es casi imposible. Sé que ya están llegando las vacunas a través de Panam Sport y Pfizer, no sé cuándo pasará esto, pero ahora que tenemos estos dos eventos no nos podemos vacunar”.
Tirado indica que las restricciones de tránsito que hay con Europa no ha permitido que todos tengan la misma oportunidad de competir y sumar puntos en el ranking. Ir a Italia ha sido toda una odisea, confiesa, tal así que tendrán primero que ir a Ámsterdam para poder llegar a la sede de la primera competencia. (BST)-(D)
