La posibilidad de retornar al balompié ecuatoriano está latente para Diego Ávila. El cuencano fue el goleador del Sacachispas que descendió de la Liga Nacional a la Primera División de Guatemala. Su renovación no se dio por un factor económico.
Esta semana espera definir su futuro. Ofertas no le faltan, asegura. “Tengo muchas ganas de poder jugar en Primera, acá en el Ecuador, también en Guatemala se han abierto puertas. Se está trabajando en eso, viendo lo mejor para mí, para mi familia”.
Entre sus prioridades siempre está Deportivo Cuenca. ¿Es una opción? “Estamos intentando poder entrar en conversaciones, esperemos, si Dios lo permite y se abre esa puerta, uno no lo piensa y llegaría enseguida”.
Ávila integró el Expreso Austral entre 2016 y 2017. Jugó 1.341 minutos en 45 partidos y marcó cuatro goles. Si algo resalta de su experiencia en el balompié internacional es la continuidad que le brindaron en Cibao FC, de República Dominicana, pero sobre todo en Sacachispas.
“La continuidad me ayudó a mejorar mucho la confianza y me ayudó a ser más polifuncional. Tuve la posibilidad de jugar de centrodelantero, de extremo y de media punta. Ahora, donde me toque, espero poder demostrar lo que se pudo hacer allá”, dice Ávila.
En el Torneo Clausura de Guatemala disputó 1.284 minutos y anotó seis goles. Fue designado en tres ocasiones como la figura del partido. Afirma que de los técnicos que le han dirigido, aprendió que la paciencia y trabajo son claves para el éxito.
Hasta que defina su nuevo equipo, Diego comparte su tiempo con la familia en su natal parroquia El Valle. Recién pudo conocer a su segundo hijo de cuatro meses. Por el embarazo, su esposa Ximena Ramírez y su primer hijo Diego Jr. no le pudieron acompañar en Centroamérica. (BST)-(D)
