El Kremlin descartó un reinicio de las relaciones con Estados Unidos tras la cumbre que los presidentes ruso, Vladímir Putin, y estadounidense, Joe Biden, celebrarán el próximo 16 de junio en Ginebra.
«Seguramente, aquí nosotros no hablaríamos de reinicio. Nuestra experiencia en el reinicio de las relaciones bilaterales no es de las mejores», dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda prensa telefónica diaria.
Peskov consideró improbable que en un primer encuentro ambos mandatarios logren un consenso en asuntos donde las diferencias son «profundas», por lo que llamó a no hacerse unas «expectativas exageradas».
«Pero rebajar la significación de ese encuentro también sería desacertado. Es muy importante», añadió.
La propuesta de «reiniciar» las relaciones entre Moscú y Washington provino en 2009 de la entonces secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, a la que en 2011 Rusia acusó de instigar las protestas contra el fraude electoral que estallaron en Moscú tras las elecciones legislativas.
Peskov apuntó que la reunión de Ginebra se centrará en la discusión de varios temas, entre los que destacó la estabilidad estratégica y el control de armamento.
Además, descartó tanto que Putin vaya a poner sobre la mesa el asunto de las sanciones como la posibilidad de que ambos líderes firmen algún documento como resultado de la cumbre.
En cuanto a las precauciones sanitarias, precisó que serán los médicos y virólogos de ambas partes los que tengan la última palabra.
«Lo importante es la salud de los jefes de Estado», dijo.
Según informó la víspera el Kremlin, ambos líderes abordarán en tres semanas en la ciudad suiza las perspectivas de desarrollo de las relaciones bilaterales, la estabilidad estratégica, el arreglo de conflictos regionales y la lucha contra la pandemia del coronavirus.
Las tensiones entre el Kremlin y la Casa Blanca se dispararon después de que a mediados de marzo Biden llamara «asesino» a Putin, tras lo que Moscú llamó a consultas a su embajador en Washington, Anatoli Antónov, quien aún no ha vuelto a su puesto.
Seguidamente, tras el anuncio de las sanciones, Moscú convocó al embajador estadounidense, John Sullivan, y le recomendó que abandonara el país para consultas con sus superiores, consejo que siguió poco después.
Además, Washington ordenó la expulsión de diez diplomáticos y publicó una lista negra de altos funcionarios rusos por la injerencia electoral, el ciberespionaje y el papel de Rusia en Ucrania, a lo que Moscú respondió 24 horas después con medidas similares.
La persecución del líder opositor ruso, Alexéi Navalni; la concentración de tropas rusas en la frontera con Ucrania y las acusaciones de Putin a EEUU sobre una supuesta trama contra el autoritario presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, tensaron aún más las relaciones.
En Ginebra se celebró en 1985 la primera reunión entre el último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, y el entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, cumbre que allanó el camino para el fin de la Guerra Fría. EFE