La «final de los porteros», con uno de los guiones más insólitos de la historia del fútbol reciente, coronó al portero del Villarreal, el argentino Gero Rulli, como héroe del encuentro, mientras que el portero del Manchester United, el español David de Gea, quedó desolado y se llevó la mayor decepción de la noche.
La tanda de penaltis sin precedentes con la que se había de resolver el encuentro llegó a completar veinte lanzamientos, diez por equipo, con otro registro casi imposible pues todos los disparos se habían transformado en gol. Sólo faltaban los disparos de los dos guardametas. En primer lugar le correspondió hacerlo a Rulli, quien envió un disparo potente y colocado, a pesar de que el guardameta considera que no es un especialista, a un ángulo de la portería del equipo inglés.
Con ventaja de 11-10 para el conjunto español, faltaba el lanzamiento de David de Gea antes de que se tuvieran que empezar a repetir lanzadores pues la lista se había agotado. De Gea trató de colocar el balón raso a la izquierda de Rulli, pero éste adivinó hacia donde iba y dio el título al equipo castellonense.
«Esto ha sido un sueño. ¿Cómo iba alguien a pensar que podía darse una situación así?», se preguntó Rulli tras el encuentro cuando también afirmó que nunca podía pasar por su imaginación que iba a «patear un penal y convertirlo para, a continuación, atajar el decisivo». EFE