Lenín Moreno se va, con sueldo vitalicio, con las manos manchadas de sangre, con acuerdos criminales, siendo fiel al FMI y por tanto fiel al neoliberalismo hecho gobierno. Gobierno que causó las más de 8 muertes en el paro nacional de Octubre. El gobierno que firma la reducción en un 84 % del presupuesto para prevenir y erradicar la violencia de género. Moreno que no claudicó en los intentos de empeorar la vulnerabilidad y situación de pobreza en miles de familias; logrando que los índices lleguen al 32 % y 14 % de pobreza extrema. Consiguió romantizar las violencias, consiguió que detestáramos cada palabra de sus indolentes discursos, consiguió reducir el presupuesto de la educación pública, consiguió ser el peor gobierno de la historia. Nuestros recuerdos del gobierno son los motines en las cárceles del país, el veto al COS, la limitada gestión frente a la crisis sanitaria, el nepotismo, la corrupción, el aumento de desigualdades y el retroceso en dignidad colectiva.
Moreno salió por la puerta grande quizás, con aplausos, pero detrás tenía los cacerolazos históricos, la resistencia de octubre y un pueblo que jamás calló. (O)