El Presidente Lasso propone la expedición de una nueva Ley de Comunicación y esa es una excelente noticia no solo para quienes expresamos nuestra opinión en los medios sino para toda la sociedad. Hasta ahora está vigente la infame y represiva ley del gobierno de Correa expedida por una Asamblea Nacional sumisa –de ovejunas y ovejunos- mediante la cual se ensañó con quienes expresaban algo que no le gustaba, que no le convenía o simplemente que le enfurecía, con esos berrinches que le eran tan frecuentes. Desde sus sabatinas lanzaba la acusación y las órdenes a los jueces para que sancionen al desventurado que le había caído mal. Y esos jueces, generalmente, obsecuentes, genuflexos y temerosos de perder el cargo, obedecían y cumplían las disposiciones “sabáticas”.
La propuesta de esta Ley demuestra el espíritu democrático del nuevo Presidente y merece aplauso de la ciudadanía ¡Qué diferencia con Correa y su Ley infame! Pero, por supuesto que la Ley que Lasso ha enviado para trámite no significa libertad para mentir o calumniar. Nada de eso. De lo que se trata es que la opinión y el pensamiento de quienes hacen opinión pública sean considerados de acuerdo al Código Civil y no al Penal.
El Presidente busca promover y garantizar la libre expresión y comunicación de la colectividad mediante una prensa libre y no amordazada como estuvo durante el correísmo desde el año 2013. La nueva iniciativa establece principios de autorregulación, derecho a la réplica, a la protección de comunicaciones personales, a la comunicación intercultural y plurinacional. También establece derechos para los periodistas y comunicadores: a la cláusula de conciencia, a la reserva de la fuente, al secreto profesional y al libre ejercicio. Ciertamente que se vuelve más necesaria la responsabilidad extrema, más que nunca, de periodistas y de quienes hacemos opinión para evitar la emisión de aseveraciones falsas, injuriosas o calumniosas.
Como ha dicho la Sociedad Interamericana de Prensa este “es un paso positivo para la libertad de prensa y la democracia en el país” y merece e respaldo y reconocimiento ciudadano. (O)