Ni las vacunas contra la covid-19 ni las pruebas de detección -ya sean PCR o de otro tipo- contaminan con grafeno ni provocan magnetismo en los pacientes, recalcan expertos consultados por EFE frente a lo que afirman falsamente numerosas publicaciones virales.
Mensajes en redes sociales de España y Latinoamérica alertan de que se están introduciendo nanopartículas de grafeno a través de las vacunas anticovid y los hisopos de las pruebas PCR que provocan que estos pacientes desarrollen propiedades magnéticas.
En vídeos compartidos en internet se muestra cómo algunas personas presentan, supuestamente, altos índices de electromagnetismo y se les adhieren objetos metálicos en la zona donde fueron inyectados, o cerca de la nariz si se hicieron una PCR.
HECHOS: Una persona no puede adquirir propiedades magnéticas ni atraer objetos metálicos con la pequeña cantidad de grafeno que podría introducirse por medio de una vacuna o el hisopo de un test de la covid-19, exponen expertos consultados por EFE.
Además, esta técnica supondría un desafío tecnológico y un gran coste económico con los recursos disponibles en la actualidad.
Finalmente, ninguna vacuna está hecha con grafeno, un material que no aparece entre sus ingredientes.
Cantidades ínfimas sin ninguna utilidad
El grafeno es un material de átomos de carbono, obtenido del grafito, con unas condiciones extraordinarias de dureza y flexibilidad, además de ser conductor del calor y la electricidad, lo que proporciona grandes posibilidades de uso en aplicaciones tecnológicas, desde las telecomunicaciones 5G hasta las pantallas y carcasas móviles flexibles, y médicas.
Sin embargo, las nanopartículas de grafeno que podrían inocularse en una vacuna -incluso en cientos de ellas- o por medio de las pruebas de detección de la covid-19 no tendrían «ningún efecto», explica a EFE Jorge Mira, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela.
A ese impedimento hay que añadir la gran complejidad tecnológica que supondría todo el proceso.
El grafeno no es un material magnético y modificarlo para conseguir esa propiedad «es dificílismo», recuerda Mira, quien añade que la sola producción de grafeno es ya de por sí complicada.
Tampoco se puede convertir a una persona en antena
Mira también rechaza otra de las afirmaciones que se hacen en estos mensajes, según la cual el grafeno introducido en el cuerpo de los receptores les convertiría en antenas.
«No tiene ningún sentido», asevera al respecto.
«Pero aunque se pudiese meter una antena, esta sería un cuerpo extraño en el organismo humano, que quedaría aislado y no serviría para emitir o recibir señales electromagnéticas, porque necesitaría conectarse a un aparato», precisa.
En cuanto al uso que se hace en un vídeo de medidor electromagnético para detectar supuestas señales emitidas por personas vacunadas, Mira recuerda que estos aparatos «son fáciles de manipular».
Estas conclusiones son similares a las expuestas por el físico Alberto Nájera, profesor de Radiología y Medicina Física en la Universidad de Castilla-La Mancha, sobre otras afirmaciones virales acerca de que las vacunas contienen soluciones metálicas que permiten geolocalizar a los vacunados.
Este vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) expuso a EFE que lograr una atracción que sujetara un imán en la piel requeriría inyectar una gran cantidad de sustancia magnética.
Nájera advertía de que ese «material magnético líquido» sería tan denso que «no cabría ni por la aguja» de la jeringuilla y atribuía las imágenes difundidas de metales sujetos a los cuerpos a «un efecto de presión, de succión» causado por «la propia humedad de la piel».
Las vacunas no tienen grafeno
«El grafeno no forma parte de ninguna de las vacunas autorizadas hasta la fecha frente a la covid-19 (Pfizer, Moderna, AstraZeneca o Janssen), ni de ningún otro medicamento autorizado, incluyendo vacunas frente a otros microorganismos», expone Iván Espada, miembro de la Dirección de Servicios Técnicos del Consejo General de Farmacéuticos.
Así lo demuestra la composición de las vacunas anticovid aprobadas, cuyos prospectos y fichas son públicos.
Por tanto, según la información pública disponible, las vacunas no tienen grafeno. Además, según indican los expertos, es imposible inocular con ellas o con los hisopos de PCR un material en cantidad suficiente para imantar a las personas o convertirlas en antenas. EFE