Una mariposa amarilla redescubierta después de un siglo

El silencio es un concepto distinto dependiendo desde donde se mire. Para algunos la poesía es construir edificios desde el silencio, para otros el silencio es un espejo aterrador que nos permite percibirnos. Todo desde una mirada humana. Desde la perspectiva de una mariposa, el silencio representa un aislamiento en donde nace la vida. Catasticta lycurgus es una mariposa que vive en Sierra Nevada de Santa Marta, una cordillera colombiana inhóspita y aislada en donde habitan pájaros, plantas y mariposas únicos, dando paso a una gran biodiversidad.

Una combinación de características específicas determina que la mariposa se encuentre en este pequeño sitio del planeta: el aislamiento, seguido por el tipo de suelo y el clima. Solo existen menos de diez personas que conocen acerca de esta especie, y es considerada “carismática” por los científicos que la estudian, porque la mayoría de especímenes de su género son grises y Catasticta lycurgus es amarilla, vibrante e intensa.

Cortesía Fredy Montero.

La red de estudio

El único ejemplar conocido de esta especie fue recolectado en 1878 por Frederick Simons, en Colombia, y enviado al Reino Unido en donde fue descrito por los naturistas Godman y Salvin en 1880. La descripción de una especie consiste en la designación de un holotipo, es decir un único espécimen físico que la describe formalmente y se deposita en un museo. Esta mariposa permaneció sola en el Museo de Historia Natural de Londres por casi cien años.

En el 2013, el biólogo ecuatoriano Sebastián Padrón realizaba su doctorado y obtuvo una beca de la National Science Fundation de Estados Unidos, para visitar y trabajar en colecciones de Europa. Se contactó con la curadora de este museo, la etnóloga colombiana Blanca Huertas, y le comentó que iba a revisar a ese grupo de mariposas: las Catastictas. Trabajó durante quince días recopilando información y dentro de miles de muestras encontró al espécimen original bien guardado y preservado. Entre otro material que todavía no estaba incorporado a la colección encontró otra Catasticta lycurgus, la segunda conocida en el mundo, muy diferenciable por su color amarillo.

Holotipo de Catasticta lycurgus. Fotografía de Sebastián Padrón.

Después regresó a Estados Unidos para trabajar en su tesis de doctorado y usó la genética de este grupo de mariposas para entender su evolución y origen. Necesitaba material joven para extraer su ADN, procedimiento que se realiza a través de las patas del insecto, pero los especímenes eran muy antiguos y resultaba imposible.

Se graduó, pasaron varios años y Maurizio Bollino, odontólogo italiano, especialista mundial en mariposas, le comentó que a través de una llamada desde Colombia le informaron que alguien había visto de nuevo a esta mariposa. Logró que le envíen unas patas a Italia y las guardó en alcohol. En el 2017 Sebastián se encontró con él y le entregó esta muestra. Cuando regresó a Estados Unidos logró extraer el ADN de esta especie.

El trabajo de investigación de este insecto inició con Blanca Huertas y después se buscaron colaboradores en Colombia, personas que podían ir a ese sector a buscar la mariposa o que tenían datos de la misma. Se formó una red —como las que son utilizadas para atraparla— y varios especialistas del mundo se unieron para tratar de recopilar toda la información a su alcance, en mayo del 2021 se publicó un paper titulado, Cien años de soledad: redescubrimiento de Catasticta lycurgus, con información sobre su conservación, relaciones, distribución, descripción e historia.

Las montañas no son infinitas

Sebastián Padrón menciona que existe la posibilidad de que muchas especies todavía no se encuentren extintas porque los lugares se mantienen aislados. Una especie desaparece como un proceso natural, pero los humanos lo aceleran con la deforestación y el cambio global.

La cordillera Sierra Nevada de Santa Marta se encuentra aislada permitiendo la existencia de animales únicos. Fotografía de Fredy Montero.


Para este científico, el cambio global es un tema poco estudiado en Latinoamérica, dice que la mayoría de estudios se realizan en Norteamérica y demuestran que las temperaturas elevadas alteran la distribución altitudinal de los organismos. Los animales y plantas se encuentran adaptados a ciertas condiciones particulares, para poder sobrevivir al incremento de temperatura buscan partes más altas y, en las palabras de Sebastián, “como las montañas no son infinitas, tienden a desaparecer”.
Catasticta lycurgus vive en su montaña y como todas las mariposas tiene diferentes etapas de desarrollo, cada una con su función.

Es una polinizadora eficiente como adulta, ayuda a controlar el tamaño poblacional de las plantas y sirve de alimento para otros vertebrados e insectos. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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