Por resoluciones emergentes, que ya se veían venir, las oficinas principales de la contraloría y de la defensoría del pueblo serán trasladadas en las próximas horas a las instalaciones de la cárcel cuatro de la ciudad de Quito. ¿Razones?, pues como sus titulares se encuentran tras las rejas por gravísimas presunciones delictivas y, como deben continuar percibiendo sus altas y jugosas remuneraciones, han decidido seguir en sus delicadas tareas cobijados por los barrotes de sus “flamantes” oficinas.
Para tal objeto, han ordenado el traslado de escritorios, banderas, sillones, nevera-bar, televisión, computadoras y archivadores a la cárcel cuatro y, como la infraestructura tiene sus limitaciones de espacio, han decidido, entre los ciudadanos Celi y Carrión, compartir las oficinas, así las labores de contraloría se llevaran a cabo por las mañanas y las de la defensoría por las tardes. Se están ya colocando carteles en lugares estratégicos para hacer conocer al público los horarios de atención. En las nuevas oficinas de la contraloría de atenderá de preferencia casos de desvanecimiento de glosas, incendios de archivos y situación de parientes detenidos en el exterior con dineros de dudosa procedencia. La defensoría del pueblo en cambio se centrará en casos de acoso sexual, violencia y reuniones y bebezonas clandestinas en pleno toque de queda. He ahí, una prueba de resoluciones prácticas, sin que nadie salga lastimado, todos contentos y con dos presuntos delincuentes aferrados a sus cargos como “gatos panza arriba”.
Y hablando de “gatos panza arriba”, así luce ahora Daniel Ortega, cuando ante lo flagrante y vergonzoso de sus acciones dictatoriales últimas, encarcelando a cinco de los precandidatos presidenciales opositores, hasta sus socios ideológicos, Fernández de Argentina y López de Méjico, han llamado “para consultas” a sus embajadores en la sufrida y vapuleada Nicaragua. ¿Qué de tan clamorosa resultara la oprobiosa dictadura de Ortega y su esposa, que gobiernos que hasta ahora se han hecho de la vista gorda frente a sus excesos, hoy le dan la espalda al “entontecido por el poder”? (O)