A pesar de que Cuenca y Azuay cuentan con dos ordenanzas que deberían garantizar el cumplimiento de los derechos de las personas LGBTI+, tanto en la ciudad como en la provincia falta mucho por hacer por quienes han sido considerados como minorías, cuando la realidad es otra.
Un ejemplo de lo que está pasando se vio la tarde y noche del sábado anterior: más de 250 jóvenes y adultos se reunieron en los bajos del Puente Roto para plantarse y rememorar el Día del Orgullo LGBTI+, con el cual se visibilizó todavía más la necesidad de poner sobre la mesa y tomar acciones concretas para que el cumplimiento de derechos sea para todos.
El 26 de junio hubo sorpresa entre los principales activistas que llevan ya años en Cuenca alzando su voz para luchar contra la homofobia y solicitar equidad e igualdad en el trato, debido a que se vieron nuevos rostros. “Una de las cosas que más me gustó y me llamó la atención fue ver que padres llegaban a dejar a sus hijos en el plantón. Se ve que hay un cambio generacional, sin embargo, falta mucho por hacer”, dijo Pedro Gutiérrez.
Él es uno de los personajes de la ciudad que ha tratado de dar voz a las personas LGBTI+ a través del programa Sin Etiquetas que se transmite por la emisora 96.1 y las redes sociales. Y mediante de lo que ve y escucha, Pedro cree que en Cuenca no hay un avance significativo, aun cuando hay ordenanzas. “Hay una falta de presupuesto porque para una ordenanza se requiere presupuesto. Y hay una falta de personal que sepa sobre la atención a las personas LGBTI+”, dijo Gutiérrez.
La falta de recursos económicos y personal está atado a una voluntad política que, según Gerald González, coordinador del Colectivo Intertulias de Personas Intersex, no llega. Aquello deja a los derechos solamente escritos, sin ejecución. “En general, los derechos que tenemos, como el matrimonio igualitario, el reconocimiento de la identidad de género de personas trans, todos ellos se han realizado por vía constitucional. Todo ha tenido que ser con base a demandas”, explicó González.
Sin esas demandas, los derechos de las personas LGBTI+ aún estuvieran en un discurso que usan los políticos de turno. No obstante, a pesar de que la Corte Constitucional ha fallado a favor de los pedidos de las personas LGBTI+, los encargados de hacer cumplir la ley no han cumplido.
Un ejemplo de ello fue cuando la Corte, en junio de 2019, declaró la inconstitucionalidad del artículo 81 del Código Civil, el cual definía el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, porque no garantizaba el derecho del matrimonio de parejas del mismo sexo. Aun cuando la Corte dispuso que la Asamblea Nacional del gobierno de Lenín Moreno revisara las disposiciones legales sobre el matrimonio civil, esta no lo hizo.
Discriminación
El incumplimiento entra en la falta de voluntades políticas que también ha hecho hincapié Juan José Cordero, quien está al frente del Consejo Consultivo de Derechos LGBTI+ en Cuenca. “Se supone que los derechos son para todas las personas. A pesar de que tenemos ordenanzas en Cuenca estas no se ejecutan porque no hay voluntades políticas. Hay mucha vulneración”, dijo Cordero.
Para Juan José, la vulneración se ve muchísimo más entre los trans, quienes no pueden acceder a distintos espacios porque son discriminados. Según los casos que sigue el Consejo Consultivo de Derechos LGBTI+, hay personas trans que viven en la calle porque no se les da la oportunidad de trabajar, algo que sí se ve en otros países.
Hace unos días en Argentina se aprobó una ley en la que el Estado deberá garantizar el 1 % de su planta laboral a personas travestis, transexuales y transgénero. A ello se suma el cumplimiento de obligaciones relacionadas a la no discriminación en el acceso a los lugares de trabajo.
“Toda la gente que estuvo el sábado en el plantón son gente que ha pasado por un montón de cosas y que apoya. Ese plantón hizo que Cuenca se acuerde que realmente existe población LGBTI+. Esa alegría que se vio el sábado es parte de la población”, dijo Cordero.
Esa alegría, que se pudo ver a través de las redes sociales, es la que se quiere que se replique a través del cumplimiento de los derechos de quienes también son personas y no un grupo “pequeño”. (I)