Estamos agotadas de esperar que la justicia genere impacto en la conciencia y corazón de una sociedad brutalmente violenta con las mujeres. Muchos dirán que resulta cansón que escriba otra vez de lo mismo, pero a mi también me resulta cansón que las noticias de femicidio se queden en el sensacionalismo.
El movimiento feminista en el país registra 112 femicidios en lo que va del año, incluidas niñas, adolescentes y mujeres trans. Fiscalía por su parte reporta que a mayo del 2019 hay 39 casos de femicidio. La diferencia entre lo que dice la sociedad civil y fiscalía radica en cómo se tipifica e ingresa el caso al sistema de justicia, y luego en cómo este es tratado, dejando fuera de la justicia a la mayoría de mujeres víctimas de violencia machista.
Prácticamente hay un femicidio en el país cada 24 horas, los agresores en la mayoría de los casos quedan en la impunidad total, no solo por la lentitud de la justicia, sino porque el mismo sistema patriarcal los acoge, cuentan con la complicidad de sus familias, su comunidad y sus amigos, quienes los esconden y justifican. Basta de creer que la violencia es producto de los celos, la pación y la locura, estamos hablando de un crimen que deja daños irreparables, no de una novela romántica. (O)