Así lo sugiere una investigación internacional que ha coordinado el investigador del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB, España), José Aguilera, que ha publicado su trabajo en la revista ‘Molecules’.
En 2019, un grupo internacional coliderado por Yousef Tizabi, de la Howard University College of Medicine (Washington, EE. UU.), y por Aguilera ya observaron que un derivado no tóxico de esta neurotoxina tetánica mejoraba los síntomas de la depresión en ratas de laboratorio.
«Una única dosis intramuscular de Hc-TeTx hacía desaparecer los síntomas de la depresión en menos de 24 horas, y su efecto se mantenía durante dos semanas», ha recordado Aguilera.
A partir de ahí, comenzaron a trabajar para poder describir el mecanismo por el que esta sustancia producía estos efectos y ahora este nuevo trabajo, en el que ha colaborado la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP, México), han visto que Hc-TeTx es capaz de inhibir el transporte de serotonina en el sistema nervioso central, uniéndose a los receptores de las neurotrofinas, unas proteínas que favorecen la supervivencia de las neuronas.
Estos resultados, según los investigadores, sugieren que el fármaco serviría no solo para tratar la depresión, sino también enfermedades neurodegenerativas, como parkinson o ELA.
Para los investigadores, las ventajas de la introducción de Hc-TeTx como nuevo fármaco «son evidentes», ya que, además de que su dosificación quincenal o mensual permitiría que fuera controlada por profesionales de la sanidad, es un producto recombinante, y no representaría ningún problema de seguridad, producción y coste económico.
Según los investigadores, en los procesos neurodegenerativos, Hc-TeTx frenaría el desarrollo de la patología a la vez que eliminaría la depresión asociada a estos procesos.
Los investigadores, que ya han patentado el uso terapéutico del Hc-TeTx para tratar depresión, parkinson y ELA, buscan ahora inversores para desarrollar estudios en humanos.
«Se trata de un avance de gran importancia, y más ahora en que, a la alta incidencia de depresión y alteraciones en el comportamiento, se han sumado aquellas alteraciones mentales derivadas de la covid o del entorno negativo de estrés, confinamiento y miedo», ha concluido Aguilera. EFE