La polémica Posta XXX

Gerardo Maldonado Zeas

El exabrupto de La Posta del domingo pasado en su estreno en la televisión nacional, ha provocado posiciones encontradas. Quienes ven a Iza como un dirigente indígena agresivo, con poses geniales, y una teoría revolucionaria para tomar el poder por medios nada democráticos sino con acciones declaradas de uso de la fuerza que reza en la utilización de las armas; y además, con pretensiones de dar lecciones de dureza a los mestizos de este país, se vieron representados por Boscán y Vivanco en un espacio que muchos hubiesen querido tener para cantarle las “mañanitas” a Iza.

Un indígena polémico, irrespetuoso de la propiedad pública y privada en los aciagos días de octubre de 2019, quien hasta ahora ha logrado escabullir a la justicia, llegó a ganar la presidencia de la CONAIE, en un proceso donde hubo más divisiones  que apego a elegir al candidato único; él precisamente, se sintió ofendido, igual que los ecuatorianos amantes de la paz, testigos fieles de las agresiones monumentales que le costaron al país pérdidas incalculables en aquellos 12 días en donde se destrozaron calles, e incendiaron edificios.

El estilo con el cual inauguraron el programa La Posta XXX, fue para muchos un mamotreto de formato, o como sus autores llamaron programa de contenido “irreverente”, estilo con el cual, en mi  opinión jamás compartiré, porque me recuerda los 10 años de las sabatinas, las roturas de los diarios, los calificativos de gorditas horrorosas, la descalificación a los actores sociales, las órdenes a los otros poderes del Estado para que actúen bajo la égida del omnipotencia, la persecución sistemática, la división entre familias y amistades. Si algo es más dañino que un acróstico de mal gusto, es la puñalada escondida y la estrategia silenciosa contra quienes discrepan con una infame forma de gobernar.

Mañana pedirán mil disculpas por la metida de pata de la otra semana. No sabemos si eso les redimirá de las críticas; o, provocará un ejercicio de humildad en Iza y sus compadres, para enfrentar en paz esta nueva época del encuentro. (O)