Entidades de control desalojaron a más de 100 jóvenes que asistieron a una fiesta clandestina que se desarrollaba en un domicilio ubicado en Totoracocha, en Cuenca. Las autoridades señalan que la finalidad es evitar aglomeraciones para disminuir la posibilidad de contagios de COVID-19.
El operativo fue coordinado, la noche del último viernes, por la Intendencia de Policía del Azuay, Policía Nacional y Guardia Ciudadana.
Los uniformados evidenciaron que se trataba de una fiesta temática de disfraces; varios jóvenes utilizaban trajes de personajes y caretas. Además, se encontró gran cantidad de bebidas alcohólicas dentro de un barril.
Franklin Rojas, intendente de Policía del Azuay, detalló que la actividad que se desarrollaba en la referida vivienda correspondía a una fiesta clandestina y no a una reunión familiar. El evento se anunció por redes sociales y el costo de la entrada era de 10 dólares.
Rojas señala que se requiere la responsabilidad y empatía de todos para evitar las concentraciones masivas. El Intendente recuerda a los ciudadanos que no está autorizado el funcionamiento de centros de diversión nocturna como bares, discotecas y casas de citas. Actualmente, solo se permite el funcionamiento de restaurantes y el consumo de bebidas alcohólicas se autoriza únicamente para el acompañamiento de los alimentos. La madrugada de ayer, las entidades de control recorrieron sectores considerados como conflictivos, como forma de reforzar la seguridad. También los uniformados verificaron que locales del sector La Merced cuenten con los permisos de funcionamiento y cumplan con el horario de atención permitido. -(I)
