El triunfo de Richard Carapaz en Tokio 2021 llega puntual en estos tiempos en los que la pandemia, el narcotráfico y demás pestes asolan nuestro país; más allá de la algarabía y orgullo que genera debemos recoger el ejemplo de este carchense que se sitúa como emblema de un país capaz de lograr, más allá de todas sus vicisitudes, un éxito sin parangón en la historia; y es que el deportista nos induce a la esperanza y a la certeza de que dentro de cada uno de los ecuatorianos puede germinar un héroe; el sacrificio, la humildad, la convicción de que detrás de la ruta hay una meta, logran plasmar una realidad accesible para todos aquellos que son capaces de lograrla; la medalla de oro olímpica del ciclista no puede quedar como una anécdota más, sino que debe generar políticas educacionales, deportistas y sociales sostenibles a través del tiempo. ¡Gracias a todos los hombres y mujeres que con nuestra bandera en su piel nos enseñan con su ejemplo! Gracias porque cada gota de sudor y sacrificio provocan la certidumbre de que los sueños se deben soñar conscientemente, más allá de los políticos y las mafias presentes. Escritores, artistas, científicos, deportistas y demás ecuatorianos que se sitúan en aquella línea donde la cotidianidad, la corrupción y la mediocridad no alcanzan, esperan. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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