En los primeros cinco meses del 2021, en Machala ya se percibía cierta normalidad: la comercialización de los productos aumentó, los turistas empezaron a regresar a Puerto Bolívar y por las calles céntricas las personas iban y venían. Pero el 12 de julio llegó una noticia que traería una serie de restricciones: El Oro registraba ocho casos de la variante Delta, considerada mucho más contagiosa que el coronavirus original.
Ante ello, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional, dos días después, recomendó al presidente Guillermo Lasso que se declare el estado de excepción en la provincia costeña Y entonces, lo que se había visto cuando recién se declaró la emergencia sanitaria en Ecuador en 2020 volvió: el toque de queda y la restricción del transporte interprovincial.
El Oro, de alguna manera, fue cercado para evitar que la nueva variante del coronavirus se propague. Sin embargo, dos semanas después de conocerse los primeros casos en El Oro también se sabe hasta el momento que la Delta está en Pichincha, Guayas, Manabí, Cañar y Azuay.
Aun así, por ser la provincia con más casos, el COE Nacional y el presidente Lasso renovaron el estado de excepción por 30 días más. La decisión provocó el rechazo de la ciudadanía y de los representantes de los distintos sectores productivos de El Oro.
El alcalde de Machala, Darío Macas, se convirtió en el vocero de las autoridades de la provincia que se opusieron a que se vuelva a restringir con medidas tan severas. “Cuando estuvimos a cargo de la semaforización fuimos muy conservadores con cada una de las restricciones… pero ahora pedimos al Estado que se revisen los informes sanitarios, porque según datos del Ministerio de Salud, la curva de contagios está en una planicie. No tenemos una curva disparada de casos”, explicó Macas.
Hasta el 27 de julio pasado, El Oro acumulaba 22.636 casos confirmados de COVID-19, y entre estos están los 62 casos de la variante Delta. De ese número, 41 están en Machala, cuyos ciudadanos no han dejado de trabajar ni de movilizarse.
Movimiento
En el centro de la capital orense no se nota que su población se haya limitado por la presencia de la variante Delta. Lo mismo se ve en Pasaje, Huaquillas y El Guabo, zonas en donde los ciudadanos están trabajando con normalidad, los centros comerciales, al igual que los mercados, se mantienen con público y la movilización está activa.
Si bien las restricciones del toque de queda, según Aldo Vanegas, técnico de la Feria Mundial de la Prefectura de El Oro, se están cumpliendo, las medidas restrictivas que están relacionadas a minimizar el uso del transporte público e interprovincial ha conllevado a que la gente utilice los vehículos informales e ilegales.
“Esto ha contribuido a que el informalismo suba. Hay taxis piratas que hacen fletes a Guayaquil que te cobran 30 dólares un pasaje. Acá no solo hay una pandemia por el COVID sino una pandemia económica. El Oro es una provincia turística por sus balnearios y se está prohibiendo todo de nuevo”, opinó Vanegas.
Los propios representantes del transporte interprovincial protestaron por la prohibición de los viajes, no obstante, el COE Nacional, en la extensión del estado de excepción, accedió a que se puedan realizar los viajes entre provincias siempre y cuando los viajantes cuenten con su carnet de vacunación y con las dos dosis completas.
La medida, para el sector de la salud, ha sido una estrategia que puede ser clave en la inmunización, debido a que en los últimos días la población que no tenía todavía colocada la primera dosis ha acudido a los centros de vacunación que disminuyeron en la última semana de julio.
En los últimos siete días, la afluencia de personas a los centros de inoculación tuvo una disminución considerable, ya que las tres cuartas partes de la población ya fue inyectada con la primera dosis de Pzifer, Sinovac y AstraZeneca.
Con el apoyo del sector privado y público, El Oro se convirtió en la segunda provincia, después de Galápagos, en contar con el mayor número de vacunados del Ecuador.
En Machala sucedió lo mismo: más de la mitad de los ciudadanos tiene la vacuna, por lo que los centros de vacunación son menos. Por ejemplo, hasta hace dos semanas, según Priscila Hurtado, directora del distrito de Salud de la capital orense, se colocaban 10.000 dosis diarias en 11 lugares.
Sin embargo, la colocación de las dosis bajó a 3.000 usuarios por día en la última semana de julio.
“Con la presencia de la variante Delta hemos acelerado el plan de vacunación. Antes queríamos que se lograra la inmunidad en el 71,41% de la población, ahora queremos que sea el 100%, de ser posible”, dijo Hurtado.
Para la directora del distrito de Salud, el mes de agosto será clave porque en Machala arrancará la colocación de la segunda dosis, con lo cual se podrá enfrentar a la variante Delta, cuya transmisión en El Oro ya es comunitaria.
Problema migratorio
Los alcaldes de los cantones de la provincia de El Oro se reunieron el 29 de julio para rechazar las medidas restrictivas. En esa reunión, Darío Macas, alcalde de Machala, mencionó que se presume que las variantes registradas en El Oro ingresaron por Huaquillas, en donde, a pesar de estar cerrada la frontera, están abiertas las trochas que permiten el paso ilegal de personas.
Pero la presunción solo ha quedado como tal, aun así, para Macas es necesario que el Gobierno controle el problema migratorio que existe en Huaquillas, cantón que ha registrado el aumento considerable de migrantes, que principalmente son de origen venezolano.