Las medallistas Neisi Dajomes y Tamara Salazar, oro y plata respectivamente en levantamiento de pesas en Tokio 2020, fueron recibidas este miércoles en el aeropuerto de Quito con honores y la algarabía virtual de un público que se volcó a la redes sociales para agradecer a las deportistas.
Dajomes, la halterista ecuatoriana que se adjudicó el oro en la prueba de 76 kilogramos, incluso apareció por la ventana de la cabina de pilotos del avión que la trajo para saludar con la gente y mostrar una bandera tricolor (amarillo, azul y roja).
El propio avión que las trasladó fue recibido con un arco de agua formado por los potentes chorros de dos camiones de la unidad de bomberos de la terminal aérea, que formaron, gracias al viento, una burbuja al paso del aparato en su trayecto a la plataforma de desembarque.
También apareció por la ventanilla del avión Tamara Salazar, que alcanzó la medalla de plata en la prueba de los 87 kilogramos, para saludar al público que las recibió en el aeropuerto «Mariscal Sucre», ubicado en el sector de Tababela, una parroquia periférica de Quito ubicada a unos 30 kilómetros al este.
En la terminal aérea esperaban sus familiares y varias autoridades del Ejecutivo, así como Angie Palacios, hermana de Dajomes y que obtuvo un diploma olímpico tras quedar sexta en la prueba de los 64 kilogramos.
También la recibió Jefferson Pérez, oro en Atlanta 1996 y plata en Pekín 2008, en pruebas de 20 kilómetros de marcha olímpica, y que hasta antes de los Juegos de Tokio era el único ecuatoriano en haber conseguido medallas olímpicas.
El dato curioso la puso una perrita, mascota de Naisi Dajomes, que se deshizo en caricias para la deportista que también la abrazó y acarició.
Muchos curiosos sólo pudieron saludar con las medallistas desde lejos, debido a los protocolos de bioseguridad aplicados en la terminal aérea.
Abrazos y felicitaciones a raudales se registraron en la sala donde los familiares recibieron a las deportistas, mientras en la calle un autobús con los colores nacionales y el nombre de Dajomes en un costado, se alistaba para llevar a las atletas hasta el estadio olímpico Atahualpa, en el norte de la ciudad, donde se preparaba una rueda de prensa.
En el trayecto, decenas de vecinos salieron a la carretera para saludar a las medallistas y durante todo el recorrido se sumaron decenas de vehículos a la caravana que las llevó al corazón de la ciudad. EFE