La gloria también se alcanza con tenacidad; aunque no siempre la gloria se traduce en una medalla dentro de una competencia. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 dejaron a Ecuador en lo más alto por la participación destacada más importante de nuestra historia olímpica. Nuestros atletas llenaron de orgullo a los 17 millones de ecuatorianos.
Claudio Villanueva es uno de estos atletas que nunca olvidaremos, su hazaña se ha quedado en la retina de todo el mundo. Esta vez, no pudo subir al podio; pero su perseverancia conquistó el corazón de los espectadores alrededor del mundo. El mundo fue testigo de su tenacidad y entrega al completar la marcha atlética de 50km a pesar de las dolencias físicas, una rotura en el isquiotibial, bursitis, y tendinitis en las dos rodillas que no había reportado.
Claudio demostró en Tokio la fortaleza, entrega y perseverancia de los ecuatorianos; la fuerza de seguir a pesar de las adversidades, sus lágrimas, pero sobre todo su constancia conmovió nos conmovió. La esperanza no termina, en cuatro años tendremos nuevamente la ilusión de verlo competir en Paris y ahora sabemos más que nunca que él merece la gloria. (O)
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