La historia nos permite conocer el pasado pero así mismo establecer las líneas maestras del futuro, con visión objetiva y sentido crítico se generan aportes enriquecedores para nuestro acervo, uno de esos aportes es el que nos ofreció Rafael Cordero Aguilar, cuando escribió y analizó con versación y lucidez definitoria sobre la Revolución Juliana, la misión Kemmerer y la fundación del Banco Central, por eso con absoluta sindéresis nos dice: “Paradojas de la historia, una Revolución la Juliana de los años 20, crea nuestra institución y otra, la llamada también Revolución, la Ciudadana hecha por tierra las conquistas de la primera. Hay revoluciones que pasan a la memoria de los pueblos y las hay aquellas que deben ser olvidadas por los pueblos”.
En estas líneas que cierran todo un estudio de notables enseñanzas, relativos a ese tiempo de procesos creativos, con todas sus ideas de transformación, que en este caso se concretaron o mejor se realizaron con la fundación del Banco Central y otras instituciones fundamentales de la Patria, como la Seguridad Social, que cambiaron nuestra historia. Pero, por los desaciertos y corrupción que se ha enquistado, hoy se encuentran en crisis y con tal erosión, que demanda una toma de conciencia real sobre los valores éticos en que debemos fundar nuestra República y de manera efectiva la Democracia, con su contenido de humanización integral que ya nos diseñó Jacques Maritain con los grandes pensadores que como Emmanuel Kant escriben lecciones perennes de construcción social.
He querido recordar al historiador y humanista Rafael Cordero Aguilar, porque son muchos años dedicados con esmero a estudiar y profundizar en la Historia. En el número especial de “CULTURA” con motivo de los noventa años de fundación del Banco Central y en otras publicaciones científicas, se encuentran sus estudios de indudable valor para el conocimiento crítico de los procesos relevantes de la sociedad. (O)
