La tecnología en comprensión ampliada brinda la gran oportunidad del acceso, este acceso a su vez se convierte en un instrumento hacia la información; de allí una bifurcación, la información para volverla conocimiento o la información como herramienta para un mal proceder.
Así mismo, cada persona es responsable de la información que quiere alardear como cada persona está complacida por la privacidad con la que maneja su información y su vida en general; incluso en esta situación, algún momento podría existir peligro, pero de allí a “ventilar” identidades, actividades, itinerarios, etc., no es más que flagelarse a uno mismo.
Lo cierto es que pregonar más de la cuenta y peor aún, cuando ello es carente del control de adultos responsables, irrumpe en algún momento aquella tranquilidad invaluable que solo con el tiempo la sabremos justipreciar; mientras tanto, tu vida es privada en cuanto tú decidas convertirla en algo más.
A la final y lo ratifico, es cuestión de decisión, pero recordemos que no por ser adultos estamos sujetos a tomar decisiones correctas, lo que bien se decida hoy, mañana podrá prevenirse. En un mundo digital con exceso de consentimientos y accesos, un poco de discreción sin duda haría la vida más ligera, feliz y segura. (O)
